3/4/10
"Hay músicas que resultan obsesivas hasta el punto de impedir dormir e incluso vivir. El cerebro las reprograma una y otra vez, excluyendo así cualquier otra forma de pensamiento. Al principio, esta desposesión de uno mismo en provecho de una melodía resulta placentera. Uno siente la exaltación de ser tan sólo una partitura y de haber escapado así a penosas reflexiones. Con ello, la fuerza física y el ardor en el trabajo se incrementan.
Poco a poco, sin embargo, las meninges empiezan a resentirse."
Amélie Nothomb. "Diario de Golondrina" (Anagrama).
Poco a poco, sin embargo, las meninges empiezan a resentirse."
Amélie Nothomb. "Diario de Golondrina" (Anagrama).
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