20/10/10
El viaje es largo, pero la recompensa es generosa. Indochina, más allá del mundo conocido. x Fernando SoYoung
1. La bahía de Halong. Absoluta maravilla de la naturaleza, un paisaje fascinante de aguas surcadas por islas e islotes que hipnotiza los sentidos. Al salir de allí uno se aleja con la tristeza de volver a un mundo mucho más vulgar.
2. Los templos de Angkor. Angkor es una antigua palabra del sánscrito que significa ciudad. Hoy, los templos de Angkor -cuyo máximo exponente es el templo de Angkor Wat, la estructura religiosa más grande jamás construida-, ubicados en Camboya, son un laberinto interminable de bellísimas construcciones, exponentes de la arquitectura del imperio jémer.
3. El tráfico y las motos. En ciudades como Hanoi y Saigón, el caos de circulación es un espectáculo en sí mismo. El dominio del ciclomotor es apabullante, y subidos a la moto lo mismo ves una familia de cuatro personas en la que la madre da de comer al hijo pequeño, que transportar un colchón o cuarenta gallinas en una jaula. Y lo de cruzar la calle es digno de película de aventuras.
4. Rollitos de cerdo y gambas. Tan pequeños como sabrosos, nada que ver con los que solemos probar en Occidente.
5. Delta del Mekong. "Apocalypse Now" en la memoria en esos pasadizos de agua atosigados por la tremenda vegetación.
6. Los vietnamitas. Extraordinariamente amables y simpáticos, conforman el país de la sonrisa naciente -y paciente-.
2. Los templos de Angkor. Angkor es una antigua palabra del sánscrito que significa ciudad. Hoy, los templos de Angkor -cuyo máximo exponente es el templo de Angkor Wat, la estructura religiosa más grande jamás construida-, ubicados en Camboya, son un laberinto interminable de bellísimas construcciones, exponentes de la arquitectura del imperio jémer.
3. El tráfico y las motos. En ciudades como Hanoi y Saigón, el caos de circulación es un espectáculo en sí mismo. El dominio del ciclomotor es apabullante, y subidos a la moto lo mismo ves una familia de cuatro personas en la que la madre da de comer al hijo pequeño, que transportar un colchón o cuarenta gallinas en una jaula. Y lo de cruzar la calle es digno de película de aventuras.
4. Rollitos de cerdo y gambas. Tan pequeños como sabrosos, nada que ver con los que solemos probar en Occidente.
5. Delta del Mekong. "Apocalypse Now" en la memoria en esos pasadizos de agua atosigados por la tremenda vegetación.
6. Los vietnamitas. Extraordinariamente amables y simpáticos, conforman el país de la sonrisa naciente -y paciente-.
2 comentarios:
A ver, esto es una lista útil, no inservible, por lo que debe ser sacada de esta sección
Es inservible en cuanto que es subjetiva y no tiene por qué servir -ni lo pretende- de consejo ni guía turístico. Es un simple y muy pequeño recordatorio de algunas cosas que uno vio en un momento y lugar determinados en el tiempo y en el espacio.
Si en lugar de inservible pretendiera ser útil, hablaría de otras ciudades, de otros paisajes, de otros templos, de puestas de sol o actividades inolvidables, y no de unos rollitos de gambas o del tráfico...
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