.jpg)
12/2/11
Hidrogenesse
Sala López, 11 de febrero
El que vaya a ver a Hidrogenesse despistado o sin conocer lo que va a presenciar puede sufrir un shock importante a las primeras de cambio de su concierto. Entre la imagen y el sonido -limitado- del dúo, hay que ir bien pertrechado de mente abierta, y eso que comienzan con una de sus canciones más interesantes, "Caballos y ponis". Pero si el visitante despistado (si es que hubo alguno ayer, que lo dudo) aguanta el tirón del comienzo luego se ve recompensado por una actuación en constante crescendo de diversión, letras inestimables y cantinelas perfectas para tararear a grito pelao.
"Schloss" era mi favorita antes de venir, pero luego fue imposible resistirse a la eclosión letal de "Disfraz de tigre", la melancolía con pompones de "No hay nada más triste que lo tuyo" (no me digas que no hay nada más triste, un turno de noche en la cadena de montaje, esperando la sirena), a las más antiguas "Vuelve conmigo a Italia" e "Hidroboy", a las más recientes "Los Artistas" y "A los viejos" (otra letra de agárrate), a "A-68", a la versión de Carlos Berlanga "Tazas de té" o al fantástico final "Échame un kiki amor".
Total, que el despistado seguro que salió de la sala López igual de encantado que alucinado de lo visto, y los demás nos fuimos contentos de haber presenciado en todo su esplendor a la extravagancia más excéntrica y exquisita del pop español. x Crackity Jones
Sala López, 11 de febrero
El que vaya a ver a Hidrogenesse despistado o sin conocer lo que va a presenciar puede sufrir un shock importante a las primeras de cambio de su concierto. Entre la imagen y el sonido -limitado- del dúo, hay que ir bien pertrechado de mente abierta, y eso que comienzan con una de sus canciones más interesantes, "Caballos y ponis". Pero si el visitante despistado (si es que hubo alguno ayer, que lo dudo) aguanta el tirón del comienzo luego se ve recompensado por una actuación en constante crescendo de diversión, letras inestimables y cantinelas perfectas para tararear a grito pelao."Schloss" era mi favorita antes de venir, pero luego fue imposible resistirse a la eclosión letal de "Disfraz de tigre", la melancolía con pompones de "No hay nada más triste que lo tuyo" (no me digas que no hay nada más triste, un turno de noche en la cadena de montaje, esperando la sirena), a las más antiguas "Vuelve conmigo a Italia" e "Hidroboy", a las más recientes "Los Artistas" y "A los viejos" (otra letra de agárrate), a "A-68", a la versión de Carlos Berlanga "Tazas de té" o al fantástico final "Échame un kiki amor".
Total, que el despistado seguro que salió de la sala López igual de encantado que alucinado de lo visto, y los demás nos fuimos contentos de haber presenciado en todo su esplendor a la extravagancia más excéntrica y exquisita del pop español. x Crackity Jones
0 comentarios:
Publica un comentario