"América" (Manuel Vilas) Subrayadas (190)

27/2/25

No me siento aterrado por el frío de Iowa; todo lo contrario, el frío me recuerda a mi tierra natal, me recuerda al Pirineo, y me siento en casa. El frío siempre me ha puesto de muy buen humor. El frío me acompañará el día que me vaya de este mundo. Tal vez por eso me gusta tanto el frío de Iowa City. Es el mismo frío que el frío de los Pirineos de Huesca. Porque el frío no tiene nación. El frío es universal. El frío no habla en inglés. Ni en español. Gracias a Dios, el frío no conoce las palabras de los hombres.

Todo Estados Unidos es una celebración de la comida. Es la muerte del hambre, solo que la muerte del hambre se convierte en otra muerte tan horrible como la muerte por hambre.

Como dice Philip Roth: «Envejecer es inimaginable, excepto para quien envejece».

Este país tiene un problema con una droga legal: la comida hipercalórica consumida como un antidepresivo. Y a mí me tienta drogarme también, porque la comida es una droga barata y legal, y destruye tu cuerpo igual que lo hace la heroína o la cocaína o el alcohol. Te destruyes en plan barato.

Ya no hace falta ser Errol Flynn para ser americano, basta con ser Homer Simpson. El éxito en la vida sigue siendo tener una familia, aunque sea una familia de majaras. Por eso, Los Simpson es una serie universal y global y sigue exhibiendo los valores políticos americanos más primordiales, porque no ataca a la familia, y transmite este razonamiento esencial: somos nada y nadie, somos repulsivos y cómicos, pero somos una familia, somos americanos y nos amamos.

Ahora estamos frente al fantasma de John Lennon reencarnado en este septuagenario vistoso y melenudo aún. Vete a saber de dónde saca el pelo: todo su cráneo debe de ser un polvorín de injertos capilares a punto de estallar en decrepitud festiva, como los vampiros cuando les da el sol. Exacto, Paul McCartney parece un vampiro.

Mi historia como escritor es una contabilidad o una notaría de humillaciones, de penurias, de rechazos y de desprecios innecesarios. Escribir fue el oficio equivocado, pero te das cuenta tarde.

Sus fans no lo saben, pero David Bowie va ya camino del olvido. Dentro de diez años su recuerdo entrará en la zona brumosa y aburrida que produce lo que se va quedando antiguo. Dentro de veinte años comenzará el desvanecimiento de la cultura y de la mitología donde Bowie reinó. Dentro de treinta años, será nostalgia. Dentro de cuarenta, historia antigua. Nadie puede luchar contra la muerte y su sentido dentro de la Historia. David Bowie, dentro de cien años, será la nada. Toda vanidad es castigada con la destrucción.

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