Una angustia familiar Peso Pessoa (5)

17/3/25

Me cansa cualquier anticipación a un encuentro forzado con otro. Me basta una invitación a cenar con un amigo para que me invada una angustia familiar. Un entierro, una reunión de oficina, esperar en la estación a una persona, conocida o desconocida..., cualquier obligación social me entorpece los pensamientos de todo el día, empiezo a darle vueltas oscuras desde la víspera, duermo mal..., y cuando por fin se produce el encuentro todo sucede de manera insignificante, listo para volver a repetirse.
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Como si hablo no me comprenderán, es mucho mejor que no entiendan mi silencio.
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Mientras tanto sentía el cosquilleo de la monotonía variada de los días, la sucesión de las mismas horas nunca iguales de la vida.

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