"A las dos serán las tres" (Sergi Pàmies) Subrayadas (201)

20/9/25

Cuando confrontamos nuestros recuerdos con los de personas que vivieron lo mismo, descubrimos que la memoria es un monstruo de tentáculos mutantes.

Teníamos cuarenta años, la edad idónea para saber que las promesas de adolescencia nunca se cumplen.

Siempre me ha parecido injusto que los padres quieran intervenir en lo que hacen sus hijos y los hijos no puedan intervenir retrospectivamente en lo que hicieron sus padres.

Los años se mueven como olas que las tensiones entre memoria y olvido hacen avanzar, retroceder o naufragar.

Lo más importante que nos sucede en esta vida siempre es lo que no habíamos previsto.

Para recordar qué le conviene comer, aplica el método del médico que le diagnosticó la diabetes: «Si te apetece, significa que no puedes comértelo»,

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