10/12/12
Aunque no estoy en contra de aquella máxima que dice que un ser humano, si se lo propone de veras, puede conseguir ser y hacer lo que quiera en la vida, también es cierto que no se tiene la misma energía mental y física para afrontarlo a los veinte que doblando o triplicando esa edad. Y también que va con el carácter. Y el talento innato. Así que seguramente será en una próxima reencarnación cuando intente dedicar mi vida a alguna de las siguientes ocupaciones:
Escritor, como Vila-Matas. Citas, pensamientos, ensayos, relatos, novela corta, me hubiera gustado ser un escritor batiburrillo y ecléctico, de pensamientos concentrados y libros no muy gordos.
Astrofísico. Si por algo me gustaría que hubiera otra vida es por conocer desde dentro -o desde arriba, a vista de pájaro cósmico- el auténtico origen del Universo, y su destino. De momento, en los libros "para todos los públicos" de astrofísica sigo sin enterarme de nada como buen individuo de letras.
Director, editor y redactor jefe de una publicación. De qué tipo -revista, periódico, guía-, no lo sé, pero desde luego relacionada con el ocio, y que abarcara mucho apretando bastante.
Profesor de Historia Contemporánea. Una apuesta perdida por la prisa impetuosa de la juventud. Lo bueno es que como no la estudié nunca dejo de aprender en este campo, y hay material para aprender toda la vida. Tampoco es baladí conocer y saber por conocer y saber, sin más.
Violinista. A poder ser en alguna orquesta filarmónica de jóvenes talentos. O ser el nuevo Yann Tiersen. Por pedir que no quede. x Rubén Aliaga
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