"La mala luz". Carlos Castán A los que leen. Capítulo XVII

18/12/13

Ahora que he terminado de leer la novela La mala luz de Carlos Castán, no puedo volver a abrirla sin que una punzada de dolor me oprima el pecho y se aceleren mis pulsaciones, es tal la carga emocional que transmiten las 227 páginas del libro que por primera vez, a mí que me fascinan las novelas largas, agradezco la brevedad de esta intensa historia.

No sé si es lo que dice o cómo lo dice, o serán ambas cosas, pero las frases de Castán consiguen atraparme y me van enredando de tal forma que no quiero que acaben, que no terminen nunca, y es que a la vez me duelen y me gustan, y me dejan sin aliento y me quedo sin aire, y me asfixian sus palabras llenando mis pulmones de un aire tan puro que parece irrespirable.

Yo también podría ahora recorrer de lado a lado varias veces el puente de Piedra, descalzo, creo que bello, sin saber qué hacer, sin saber si seré hallado en el Delta del Ebro, pero aliento la esperanza de que pronto otro texto de la belleza de La mala luz aparezca en mi vida y me salve de nuevo. x E. C. Mañas

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