22/3/14
Dean Wareham: 50 años.
En 2014 ha editado su primer álbum con su propio nombre.
Dean Wareham ya es quincuagenario, lo que significa que yo también avanzo inexorablemente hacia el asilo, en buena y burda lógica. Pero la verdad es que Dean lo lleva muy bien.
Una vez descubiertas una gran parte de las glorias y vergüenzas de la vida de este cantante, guitarrista y compositor, nacido en Nueva Zelanda, tras su libro autobiográfico "Postales negras", miro al músico (y ahora también escritor) con otros ojos. Unos ojos aún mejores que los anteriores, cuando ya veían mucha grandeza en Galaxie 500 y en Luna a pesar de su no-éxito comercial.
Tras sus dos bandas principales, se lanzó a la aventura en 2003 con Britta Phillips con el dúo Dean & Britta y ahora en 2014, veintiséis años después de su debut con los Galaxie con “Today”, Wareham lanza el primer álbum bajo su propio nombre, y con título homónimo. He podido leer algunos comentarios del disco, y unos dicen que vuelve a Galaxie 500, otros que es claramente continuador de Luna y otros que es un balance perfecto entre los dos. Yo escucho las nueve canciones que componen su disco y veo al mismo Dean de siempre. Porque Dean Wareham es su voz. Bueno, su voz y su cadencia musical. Esa cadencia que navega a través de guitarras perezosas y pulidas, elegantemente trazadas y conducidas por la voz de caverna iluminada que posee Dean y que clava en nuestro consciente una estalactita de melancolía.
El año pasado Wareham compuso una de las mejores canciones de su carrera, “Love is colder than death” y en su álbum de debut aparece otra de las joyas que figurarán en el resumen de toda su carrera discográfica: “The dancer dissapears”. Accesible, taciturna y romántica, un columpio perfecto de esplendor nostálgico. Y del disco puedo decir que, en su conjunto, es notable. Borda otra canción marca de la casa, “Happy & free” y nos mece en la tela de araña de la “Heartless people” antes de comernos otro pedazo de corazón con “My eyes are blue”. “Beat the devil”, “Holding pattern” y “I can only give my all” conforman un núcleo de buenas canciones que configuran definitivamente esta nueva incursión musical de Dean Wareham como un pujante acierto.
Aunque me encantaría que lo hubiera, no creo que su carrera musical dé para otro “Postales negras”, pero este primer paso discográfico tras el libro seguro que tendría un más que interesante primer capítulo. x Fernando SoYoung
Dean Wareham en Soyuz:
"Una copa de vino sentimental" (Fogonazos en el hipocampo)
"Puede que el amor muera, pero las canciones de amor sobreviven" (Libro "Postales negras")
Luna (Miradas al pasado
Galaxie 500 (Miradas al pasado)
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