11/1/19
Para alguien que, como yo, se introdujo tarde en el universo Nick Cave, cuando este ilustre australiano ya llevaba un gran puñado de discos a sus espaldas, el océano de posibilidades, de sensaciones, de canciones en las que adentrarse es monumental. Una vez bien empapado de su impronta creativa, escaparse de la maraña de enorme intensidad que genera su voz, su banda, sus discos, sus canciones y su apabullante directo, es complicado o directamente imposible. Su figura se enclava en los altares más sagrados del rock del siglo pasado y también del presente, por cuanto su capacidad para seguir generando música parece inagotable.
Empujado por las recurrentes apariciones de canciones suyas en la serie televisiva "Peaky Blinders" (qué bien le sientan a sus imágenes y a su oscuro ambiente irlandés) , traté de concentrar en la duración temporal de un cedé, una selección de las canciones de Nick Cave que más me habían impactado emocionalmente. Me fue imposible culminar la compilación, que sigue pendiente. Pero de entre toda su vasta producción en solitario, con The Bad Seeds, para bandas sonoras, con Grinderman y con su primer grupo The Birthday Party (discografía que todavía ni de lejos he podido escuchar al completo con detenimiento), una canción que siempre me ha fascinado desde que la escuché es "Spell", incluida en su doble álbum de 2004 con los Bad Seeds titulado "Abattoir blues / The lyre of Orpheus", y que resume en dos líneas de su estribillo mi fascinación por esta bestia -ya sexagenaria- de la escena musical: I'm full of wonder and I'm falling under your spell. x Fernando SoYoung
1 comentario
Uno de los grandes de la música, una gran sensibilidad en sus canciones, Spell una delicia, entre otras tantas.
Publica un comentario