Martín Buscaglia Nunca y siempre. El sentido de la posibilidad (32)

5/3/20



Las canciones de Martín se cruzaron en nuestra vida en el año 2006, cuando publicaba su segundo disco para el sello Lovemonk. "El evangelio según mi jardinero" nos transportaba en aquel momento, por su sencillez y complicidad, a una década ante, cuando por sorpresa y sigilosamente nos había cautivado un disco como "Échate un cantecito" de Kiko Veneno. Desde entonces le seguimos la pista a toda su creación.
Y como si nuestra percepción musical fuera una casamentera, que especula con las parejas, diciendo "qué buena parejita harían", en 2014 esa relación musical que existía en nuestra cabeza se materializó en un disco compartido de Kiko Veneno y Martín Buscaglia: "El Pimiento Indomable".
Estamos en 2020 y somos afortunados por tener "Basta de música", el nuevo disco de Martín Buscaglia. x Simón Zico



Un disco que nunca dejarás de escuchar y un grupo o artista al que nunca escucharías.
“One, two” de Sister Nancy.
Patti Smith, o Radiohead.

El plato estrella del cocinero que siempre has evitado ser (o que siempre has sido).
Salmorejo.

Una película muy famosa que siempre te has negado a ver.
He disfrutado varias veces de levantarme en el cine y abandonar una película, por ejemplo “The 8 hateful” de Tarantino, o “El señor de los anillos”. Lo recomiendo. Provoca una reluciente sensación de libertad descarada .

Dos conciertos cuyo impacto nunca se te ha borrado del recuerdo, uno por bueno y otro por malo.
Marc Ribot & Joe Bataan, en Madrid. Además de una música divina, incluyó escenas explícitas de pugilato entre Marc y un camarógrafo, y también un trencito farandulero comandado por Joe y su señora.
Y no voy a nombrar responsables para no herir susceptibilidades, pero hace poco viendo un concierto (la gente parecía extasiada), nos miramos con mi chica y dijimos: “vámonos rápido de acá a tomar un whisky, ¡a ver si así sentimos algo!”

Cuéntanos una gamberrada infantil cuyas consecuencias han hecho que nunca la hayas podido olvidar.
Mi tío Pippo me pasó a buscar y salimos a caminar por la rambla montevideana. Al pasar frente a un club deportivo nos colamos en la piscina, nos tiramos desde el trampolín, y huimos empapados antes de que nos atraparan. Paso a menudo por esa esquina y si voy con alguien no puedo no rememorar la expeditiva micro hazaña.

El libro que siempre has pensado que te identifica completamente.
“Grapefruit” de Yoko Ono.

Un lugar del planeta que nunca pisarías.
New Haven. Para mancomunarme con el poeta Henrik Nordbrandt, quien dice: “No creo que vuelva a New Haven… Hay montones de lugares a los que tengo ganas de regresar. Cuando estoy a punto de pensar en uno me pongo a pensar inmediatamente en New Haven. Recomiendo a todos que se busquen un lugar así”


Una canción que siempre has soñado componer.
“Sou uma criança, nâo entendo nada” de Erasmo Carlos.

Un político al que nunca seguirías al fin del mundo.
El único político al que seguiría es Gilberto Gil.

El garito, pub, discoteca o sala que siempre has pensado que no te hubiera importado que fuera tuyo.
¿Tener un garito o similar? ¡Jamás se me pasaría por la cabeza! ¿Para qué?

La etiqueta o comparación artística con tu música que nunca te ha gustado y siempre está presente.
Suelen tildar mi laburo de “muy creativo”. ¿wtf? ¿No debería ser eso una condición sine qua non de toda obra? Igual, más que fastidiarme me genera una especie de ternura desencantada.

La enfermedad que más te horroriza y nunca querrías contraer.
Afonía.

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