14/9/22
Hasta los 13 lo que más les gustaba era ir con la bicicleta hasta el
final de los caminos y hasta el final del verano, sin más objetivo que
sentarse juntas en el tejado de la caseta roja a mirar cómo se perdía
el sol.
La primavera que murió Eduardo Benavente cambiaron sus
peinados, ahora revueltos y apuntando en todas direcciones, una se pintaba los ojos de color violeta -y ya de paso los labios con lo que le sobraba-, la otra oscureció sus
ojos a la vez que su mente, y ya solo les gustaba ir al Incubadora un día tras
otro hasta el final del verano, a escuchar siempre las mismas canciones.
Algunos veranos después se perdieron, cuando no podía estar una no
podía la otra y viceversa, hasta que muchísimo tiempo después, en la navidad que murió
Germán Coppini, el azar quiso que coincidieran en la despedida y cierre
del Incubadora, donde volvieron a sonar sus mismas canciones.
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