14/10/22
LAS NOVIAS. Sala López. 8/10/22
No asistía a un concierto de Las Novias desde 1993 en el C.C. Delicias, así que ya tocaba. Pero me llena de orgullo y satisfacción haber sido testigo, una tarde de diciembre de 1986 en el Covián, del preludio de lo que llegarían a ser Las Novias: Los Niños de Buñuel, más tarde Los Niños del Santo Sepulcro, formados por la mitad de Las Novias nonatas y sus fascinantes amigos, Chusé Izuel a la batería, Bizén Ibarra a los bidones y Félix Romeo, creo recordar que a la guitarra. (Antes existió Zerra pero no llegaron a tocar en las fiestas de Las Fuentes de 1984, así que no sé exactamente quiénes lo componían).
Y es que el Covián supuso un pequeño revulsivo cultural para la juventud de LF, o al menos así lo veíamos quienes nos quedamos encallados en el Silos. Recuerdo ir a una charla de Javier Marías en el Covián, presentada por Félix Romeo, ambos escritores muy queridos, admirados y siempre sacralizados en mi biblioteca.
Pasaron décadas y llegó el 8 de octubre de 2022. Se presentaba en la Sala López el último disco de Las Novias, “Detente bala”. Treinta y cinco años después, a aquellos jovenzuelos del siglo XX les caracterizaba ahora la profesionalidad, la melena en el mentón y el dominio de la tensión eléctrica en las puntas de los dedos.
Las canciones del nuevo disco fueron interpretadas según el orden riguroso del mismo, tal y como anunció la abismal voz de Toño Leza. Pentagramas sublimes, fragancias de cuento, leyendas y memoria. “Dos hemisferios” “Misericorde”, “LF”, “Hilo rojo”, “Ruido blanco”… Los temas nos arrasaban inmisericordes, como las botas negras el escenario. El público se desbordaba de entusiasmo. Toño, gran comunicador, de discurso y brazos envolventes, ojos ubicuos; Óskar a la guitarra, impostor de la seriedad, melena al viento, eléctricamente hermanado con Pedro, cercano, carismático y poderoso a las cinco cuerdas, reforzados todos por el arrollante dominio de Germán a la batería.
Tras el despliegue de “Detente bala” relucieron algunas joyas del pasado. “Imagínate el aire”, “Promesas”, “Robar el cielo”, que no fueron en absoluto el broche final del concierto. Toño no quiso abandonar el escenario sin dejarnos otro recuerdo indeleble. Con Pedro y Óskar haciéndole los coros, se marcó a capela una habanera, “Salió de Jamaica”, que nos dejó boquiabiertos y con el ánimo por las nubes por lo espectacularmente bien que la cantó. Flipando. Debería considerar abrirse a otros géneros musicales.
Salud artística de diamante la de Las Novias. Espero que no pasen de nuevo décadas para poder volver a disfrutarles. Ni que haya un ataque nuclear, solo eléctrico.
Mi ofrenda de elogios para este concierto inolvidable. LF Power. x Asun No
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