"The Crane Wife" (The Decemberists) El Disconflicto

12/3/07

Puesto en la balanza y comparado con otros discos del momento, la aguja no deja de marcar casi nunca hacia lo más alto. Si en su anterior álbum “Picaresque” ya se apuntaron algunas de las más brillantes páginas del pop del 2005 (“The sporting life” o “16 military wives”), en su nuevo trabajo vuelven a marcarse dos irrefutables hits de un pop con la mejor denominación de origen: “O Valencia” y “The perfect crime 2” son un par de himnos alegres que incitan al movimiento y que recuerdan al mejor sonido de gente como Josh Rouse. Pero un buen disco no se hace con sólo dos temas, es buscando en un pop emocional, en las raíces del sonido norteamericano, con la melancolía desnuda de “Shankill butchers” (muy cerca de Jeff Tweedy), en la exploración de un rock añejo y casi progresivo (en la larga “the island, come and see, the lan”), o en el rock casi épico de “When the car game” donde ganan la partida. Y queda una pequeña joya por reseñar, el dulce dueto con Laura Veirs en la primera parte de “Yankee bayonet”. Un claro favorito a los mejores del año. Hang the Dj



Perplejidad. Ésa es la primera palabra que viene a la cabeza tras la escucha de “The Crane Wife”, la rancia y plúmbea continuación de The Decemberists al sensacional “Picaresque”, álbum éste en el que llegamos a creer que era verdad que Colin Meloy tenía un hueco en el olimpo de los geniecillos indies. Su paso a una multinacional (quiero creer que es casualidad) ha dado como resultado un disco opaco y cansino, aburrido y pastoso. No se explica que alguien que firmó pequeñas joyas como “The Sporting Life” sea el mismo que aquí se introduzca en aguas pantanosas repletas de pan de rana como “The Island” -un ladrillo de doce minutos nada menos que llega a exasperar-, que desenfunde las guitarras de patilla y chupa de cuero de “When the war came” -que les sientan como a un cura dos pistolas-, y en definitiva que le haga cariñicos a estas alturas a esa “cosa” llamada rock progresivo (¿planea el fantasma del A.O.R.?). Las bonitas “O Valencia!” y “Yankee Bayonet” no justifican un muy flojo disco ni nos quitan la pena gorda que te invade tras recibir este bofetón inesperado de Decemberists. De la sensibilidad a la sal gorda a veces sólo hay un paso. Matías Galli

The Decemberists: "O Valencia!"

2 comentarios:

Anónimo ha dicho...

Yo me quedo con la opinión negativa. Sí, sí planea el fantasma del rock-pop adulto por este disco de los Decemberists, que no lo saben evitar tan bien como sí lo hacen Death Cab For Cutie.

Unknown ha dicho...

Lo que para algunos es un plomo, para otros es un agradable viaje, estoy escuchando el disco nuevamente y la verdad que me encanta, como siempre un buen ejercicio para el espíritu escuchar a decemberists.