19/6/08
Lennon y McCartney fueron el primer y más grande ejemplo de cómo dos personalidades bien diferentes pueden complementarse en un grupo de música y conseguir grandes discos con canciones de ambos entremezcladas en los surcos. Ha habido otros muchos casos de convivencia musical de dos autores que han hecho grande a un grupo, y siempre los fans de las bandas con esta particularidad han de posicionarse. Uno de estos grupos fueron The Go-Betweens, y en mi caso mi predilección fue a parar a Grant McLennan, cuyas composiciones más clásicas, más pop, más de estribillos esplendentes me llegaban más fácilmente que las canciones más elegantes, complejas y a menudo sorprendentes de Robert Forster. En cualquier caso, ambos hicieron canciones enormes que hicieron a The Go-Betweens uno de los mejores grupos de pop que ha dado Australia.
Este 6 de mayo pasado hizo dos años de la muerte repentina, a los 48 años, de Grant McLennan, una pérdida dolorosa para los que durante años no hemos dejado de escuchar con devoción discos como "16 Lovers Lane", "Tallulah", "The Friends Of Rachel Worth" y canciones eternas como "Bachelor Kisses", "Cattle & Cane", "Right Here", "Love Goes On!" y tantísimas pequeñas obras maestras del pop. Pero por suerte, nos queda Robert Forster, que sigue haciendo vigente y perdurable el legado go-between, y nos regala en este 2008 el álbum "The Evangelist". Como si quisiera homenajear a su amigo y compañero de fatigas musicales desaparecido (aunque más bien lo que ha hecho ha sido finalizar la grabación que empezaron juntos en 2006, de hecho tres canciones están co-escritas con McLennan), Forster se ha desdoblado y a su ya habitual estilo sobrio y genial, ha parecido imbuirse de la mano maestra de McLennan para las melodías lustrosas y unido a su talento habitual e innato ha completado un álbum de factura impecable, de melancolía transparente ("A Place To Hide Away"), guitarras impolutas ("Did She Overtake You"), sincero optimismo marca de la casa a lo largo de tantos años ("Let Your Light In, Babe", "It Ain't Easy") y sentimientos nostálgicos a flor de piel ("From Ghost Down", "Demon Days").
Cumplidos ya los 50, la voz de Robert Forster sigue siendo un lugar inconfundible al que acudir cuando uno quiere reconciliarse con su pasado más emotivo. Y aunque ya no vayamos a disfrutar de más composiciones de Grant McLennan, nos queda todavía el otro genio de Brisbane para que nunca olvidemos que existieron The Go-Betweens y para ser testigos de con qué elegancia y dignidad musical puede envejecer un compositor con más de treinta años de carrera a sus espaldas. Un grande. x Fernando SoYoung
Este 6 de mayo pasado hizo dos años de la muerte repentina, a los 48 años, de Grant McLennan, una pérdida dolorosa para los que durante años no hemos dejado de escuchar con devoción discos como "16 Lovers Lane", "Tallulah", "The Friends Of Rachel Worth" y canciones eternas como "Bachelor Kisses", "Cattle & Cane", "Right Here", "Love Goes On!" y tantísimas pequeñas obras maestras del pop. Pero por suerte, nos queda Robert Forster, que sigue haciendo vigente y perdurable el legado go-between, y nos regala en este 2008 el álbum "The Evangelist". Como si quisiera homenajear a su amigo y compañero de fatigas musicales desaparecido (aunque más bien lo que ha hecho ha sido finalizar la grabación que empezaron juntos en 2006, de hecho tres canciones están co-escritas con McLennan), Forster se ha desdoblado y a su ya habitual estilo sobrio y genial, ha parecido imbuirse de la mano maestra de McLennan para las melodías lustrosas y unido a su talento habitual e innato ha completado un álbum de factura impecable, de melancolía transparente ("A Place To Hide Away"), guitarras impolutas ("Did She Overtake You"), sincero optimismo marca de la casa a lo largo de tantos años ("Let Your Light In, Babe", "It Ain't Easy") y sentimientos nostálgicos a flor de piel ("From Ghost Down", "Demon Days").
Cumplidos ya los 50, la voz de Robert Forster sigue siendo un lugar inconfundible al que acudir cuando uno quiere reconciliarse con su pasado más emotivo. Y aunque ya no vayamos a disfrutar de más composiciones de Grant McLennan, nos queda todavía el otro genio de Brisbane para que nunca olvidemos que existieron The Go-Betweens y para ser testigos de con qué elegancia y dignidad musical puede envejecer un compositor con más de treinta años de carrera a sus espaldas. Un grande. x Fernando SoYoung
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