4/10/08
The Posies (playing "Frosting On The Beater")
Oasis Club, Zaragoza
3 de octubre
Unos viejos conocidos a los que siempre gusta ver de nuevo, The Posies, nos redactaban un ejercicio de nostalgia volviendo a recordar íntegramente su mejor disco, el gran "Frosting On The Beater" (1993). Y los encontramos, musicalmente, bien, y personalmente, de forma dispar: Jon Auer sigue y sigue aumentando su masa corporal y está llegando a un punto exagerado, mientras un carismático -y desbocado en escena, como siempre- Ken Stringfellow ve pasar los años delante de él en plena forma como si nada.
El comienzo del concierto (como el del disco, siguieron el orden) es una bomba de relojería: "Dream All Day", "Solar Sister" y "Flavor Of The Month" justifican cualquier reunión, aunque al ser las primeras del repertorio se vieron lastradas por un horripilante sonido, que luego mejoró algo. Inmediatamente me vino a la cabeza aquel concierto (batallita al canto) de 1993 en la Sala En Bruto, en donde unos Teenage Fanclub en plena ebullición y unos Posies en su punto más alto ofrecían uno de esos conciertos en los que la memoria se niega una y otra vez a pasar la página: qué gran noche la de aquel lejano noviembre zaragozano.
"Frosting On The Beater" fue un fantástico disco, y si no llegó a obra maestra fue porque esos tres primeros singles eran tan magníficos que dejaban en paños menores a otras muy buenas canciones como "Love Letter Boxes", "Earlier Than Expected" o "Definite Door". Ocurrió igual ayer en su directo, en el que una vez finiquitado el motivo de la reunión, los de Seattle picotearon también por "Amazing Disgrace" (96) con la impresionante "Please Return It" a la cabeza.
En definitiva, fue bonito volver a escuchar estas canciones nada menos que 15 años después de su creación. La pareja Auer/Stringfellow mantiene la magia, quién sabe si para volver a componer grandes canciones de nuevo. De momento sus tiempos mejores sobreviven en el pasado, como lo demuestra el hecho de que Stringfellow tocara un buen rato con una cuerda rota en su guitarra sin sustituirla, o que después de la última nota tuviera que salir corriendo él mismo al puesto de compra de discos a ofrecer toda su producción musical.
Previamente al ejercicio de nostalgia, actuaron Backyard Babies, de los que me llevé de recuerdo...una púa que aterrizó en la mano que sujetaba mi vaso de cerveza. x Rubén Aliaga
Oasis Club, Zaragoza
3 de octubre
Unos viejos conocidos a los que siempre gusta ver de nuevo, The Posies, nos redactaban un ejercicio de nostalgia volviendo a recordar íntegramente su mejor disco, el gran "Frosting On The Beater" (1993). Y los encontramos, musicalmente, bien, y personalmente, de forma dispar: Jon Auer sigue y sigue aumentando su masa corporal y está llegando a un punto exagerado, mientras un carismático -y desbocado en escena, como siempre- Ken Stringfellow ve pasar los años delante de él en plena forma como si nada.
El comienzo del concierto (como el del disco, siguieron el orden) es una bomba de relojería: "Dream All Day", "Solar Sister" y "Flavor Of The Month" justifican cualquier reunión, aunque al ser las primeras del repertorio se vieron lastradas por un horripilante sonido, que luego mejoró algo. Inmediatamente me vino a la cabeza aquel concierto (batallita al canto) de 1993 en la Sala En Bruto, en donde unos Teenage Fanclub en plena ebullición y unos Posies en su punto más alto ofrecían uno de esos conciertos en los que la memoria se niega una y otra vez a pasar la página: qué gran noche la de aquel lejano noviembre zaragozano.
"Frosting On The Beater" fue un fantástico disco, y si no llegó a obra maestra fue porque esos tres primeros singles eran tan magníficos que dejaban en paños menores a otras muy buenas canciones como "Love Letter Boxes", "Earlier Than Expected" o "Definite Door". Ocurrió igual ayer en su directo, en el que una vez finiquitado el motivo de la reunión, los de Seattle picotearon también por "Amazing Disgrace" (96) con la impresionante "Please Return It" a la cabeza.
En definitiva, fue bonito volver a escuchar estas canciones nada menos que 15 años después de su creación. La pareja Auer/Stringfellow mantiene la magia, quién sabe si para volver a componer grandes canciones de nuevo. De momento sus tiempos mejores sobreviven en el pasado, como lo demuestra el hecho de que Stringfellow tocara un buen rato con una cuerda rota en su guitarra sin sustituirla, o que después de la última nota tuviera que salir corriendo él mismo al puesto de compra de discos a ofrecer toda su producción musical.
Previamente al ejercicio de nostalgia, actuaron Backyard Babies, de los que me llevé de recuerdo...una púa que aterrizó en la mano que sujetaba mi vaso de cerveza. x Rubén Aliaga
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