Jack Miradas al pasado (10)

1/10/08

Jack
Ese oscuro objeto de deseo

Lo que intrigaba y a la vez fascinaba de la música del grupo galés Jack era esa doble personalidad de perverso Jekyll y sedoso Hyde que inundaba sus obras. Por una parte, su lado melancólico, ése que se ahoga en alcohol y sabe a pétalo marchito y a poesía sin afeitar, a esmóquin raído y a tormenta sentimental; por otra, un vigor inusitado de furia cinematográfica y pasión urbana, de ambición vital y sofisticación encendida con bombillas de melodrama y electricidad. Todo ello aderezado musicalmente con cuerdas, crescendos y sacos de vis épica.

Jack nacen en Cardiff en 1992, cuando Anthony Reynolds (voz, letras) y Matthew Scott (guitarra, música) deciden unir sus ideas y sus demonios en pos de un proyecto musical que se vería completado tras su decisiva marcha a Londres con George Wright (teclados), Colin Williams (bajo), Richard Adderley (guitarra), Patrick Pulzer (batería) y Audrey Morse (violín). Su presentación en noviembre del 95 se produjo de puntillas pero arrollando: toda la pequeña tirada de su primer single “Kid Stardust”/“I Didn’t Mean It, Marie” era arrasada en pocos días.

Su primer elepé no tardaría en llegar, pero para deleitar y despistar al paladar tres singles le precedieron: “Wintercomesummer”, “White Jazz” y “Biography Of A First Son” prepararon una parte del terreno para que el 24 de junio de 1996 “Pioneer Soundtracks” (publicado por el imprescindible sello Too Pure, cuna de grupos como Moonshake, P.J. Harvey o Stereolab)
se convirtiera en uno de los discos más emocionantes de ese año. Y con él nos enfrentamos a las directrices de claroscuro antes descritas. Comentado por ellos mismos, las cuatro primeras canciones (los tres singles más “...Of Lights”) ejemplifican el sentimiento de inquietud de lanzarse al vacío que te invade cuando te preparas para salir un viernes por la noche -“Too drunk to kiss straight, but drunk enough to make a mistake” dicen en “Biography Of A First Son”-, y las cinco siguientes (aquí entran “Filthy Names”, “F.U.” o “Dress You In The Mourning”) la sensación de miseria y derrota al dar por concluido el sábado noche. Así eran Jack: blanco y negro, norte y sur, y emoción por todos lados.

La portada de su debut es curiosa, y muestra a George Wright vestido de torero, demostrando la conocida debilidad de Jack por lo español, en concreto por la figura de El Cordobés. “Me encantó vestirme así. No me quería quitar el traje. Incluso quería ir a los clubs vestido de ese modo”. Y más datos orientativos, la producción corrió a cargo de Peter Walsh, que había trabajado en los últimos trabajos de... Scott Walker. Walker era, junto a Tindersticks y Gallon Drunk, el triángulo que alimentó la creación de Jack en el plano musical. Pero hay más. Anthony Reynolds (inventor de la parte literaria del grupo) se declaraba fan de, entre otros, John Fante, Bukowski y Henry Miller: más leña caída para el fuego Jack.

Y así continuaron haciéndose sentir todas estas referencias en su segundo trabajo, titulado “The Jazz Age” (1998), un disco donde volverían a repartir sus dos caras esta vez revueltas y revolcadas: la elegancia de crooner que respira “3 O’Clock In The Morning” (“3 de la madrugada / camino de nuevo por estas calles / es como si hubiera caminado por ellas siempre / en un sueño sin principio ni final”), la suntuosidad turbadora de “Nico’s Children”, el escalofrío pop trepidante de “Love And Death In The Afternoon”, el melodrama desbocado de “Half Cut, Wholly Yours”, el Bowie más superficial en “Pablo”, el amor en las nubes -blancas y negras- con “My World Versus Your World” (“Mata el tiempo conmigo / como en este sábado / y como en los días festivos / solos tú y yo”), la amargura en esplendor de “Saturday’s Plan”, la euforia de etiqueta de “Cinematic” (“Compremos vino barato / y corramos por calles tranquilas / tú eres Cleopatra y yo Marco Antonio”), e incluso se permiten inocular un “Steamin’” (“Incluso el cielo parecía poesía / conmigo debajo de ti y tú encima de mí / la mañana es un rumor espeluznante / y la botella está casi vacía”) en el espinazo medio muerto del britpop.

Sin duda fue el mejor momento de Jack, que habían ganado en aplomo, en la voz, en las melodías y en las tristezas, los mejores Jack de habitaciones llenas de humo, vino derramado y sexo desesperado, de atmósferas pensativas que acaban por escupir lluvias de lágrimas de llanto y risa. Ellos querían ser famosos y ganar dinero y querían ser considerados como una banda más pop que atormentada, quizá porque eran conscientes de que eran perfectos en esos complementarios dos mundos.

Pero "The Jazz Age" fue el punto más alto de una carrera que continuó con un single de vinilo para Elefant Records ("Enamórate de mí otra vez/Cinemático") un mini-cd para Acuarela ("La Belle et La Discotheque" (2000) y su último álbum en 2002, "The End Of The Way It's Always Been". La última referencia de Jack salió a la luz el pasado año con un disco doble del 10º aniversario de "Pioneer Soundtracks".

El talento de Anthony Reynolds se desdobló, después y durante Jack, en Jacques, un fantástico proyecto ultrarromántico apoyado fuertemente por Nicholas Currie, Momus, y que dio para dos elepés y un buen puñado de Ep's. Con su propio nombre, además, no ha dejado de publicar música, compaginándolo con su activa y nunca olvidada faceta de escritor... x Fernando SoYoung

"Biography Of A First Son"

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