CatPeople se lo comen crudo

10/11/08

Más o menos siempre leemos lo mismo en las entrevistas a los grupos musicales, y también en las reseñas de sus discos. Es igual que la prensa deportiva, venga tópicos y más tópicos. La imaginación queda marginada. Ya he leído alguna de CatPeople, al respecto de su nuevo trabajo, "What's The Time, Mr. Wolf?". Influencias, casi no hay otra cuestión. Una de las pesadillas de todos los grupos. A quién se parecen, a quién dejan de parecerse. ¿Alguna vez leeremos algún comentario discográfico sobre algún grupo musical de este siglo sin que se nombre a ninguna otra banda de los 60, 70, 80 ó 90?. Difícil. Nosotros tampoco somos la excepción, no tenemos tanta imaginación, pero por esta vez lo vamos a intentar con esta banda, que además de tener personalidad propia se lo merecen por la gran calidad de sus canciones. Por lo menos se han librado de un plumazo del otro gran tópico, el de que tras un muy buen debut hay bajonazo en el segundo disco.

Y bien es cierto que Catpeople tenían complicado mejorar su primer álbum, "Reel #1". Allí había algunas melodías memorables y otros buenos momentos de brillante recogimiento emocional, todo recubierto por un manto de sonoro de benévola oscuridad -difícil que olvidemos canciones como "Radio", "Tanya Is In My Bed", "Behind" o "Everyone Can Tell You"-. Pero en su nuevo álbum repiten virtudes, las amplían y las pulen para completar un disco que penetra en el cerebro con más facilidad si cabe que su predecesor. Los arreglos, la voz de Adrián, las guitarras, las atmósferas y los estribillos. Todo ha mejorado en los dos años que separan ambos discos, quizá porque el grupo sabe lo que quiere y cómo debe sonar.

Las puntas de lanza de este nuevo lanzamiento quizá sean "Last Chance" y "Goodbye Angel", inspiradas cartas certificadas con el matasellos del mejor talento de CatPeople, un pop de factura impecable. El comienzo del disco, con "Stumble In Vigo", ya te eleva a un alto grado de expectación para el resto del álbum. Es una canción que crece y crece dentro de una épica de tono levemente melancólico. "In Silence" se lanza con una entrada de guitarra que te prepara para otra excelente canción de bonito ritmo cambiante y estribillo efectivo. Y "Sister" es como su continuación bajando del tobogán, pero con uno de esos finales emocionantes que tan bien se les da a los gallegos, igual que el de "All These Tears", un final de los que se podrían alargar varios minutos sin sacarnos del embelesamiento. El escaso minuto y pico que sigue de "House Of Love" también consigue atraparnos con su piano y sus chasqueos de dedos. "Coohagen" se acelera al ritmo de los tiempos, y "The Golden Swan" es una sentida manera de ponernos tristes con el toque hipnótico de la belleza de sus curvas. Muy bonita. "Looks like Dogs" y "Bubblegun" vuelven por la senda del single resultón y la melodía certera, para acabar el disco con los altos vuelos de "End Title" y sus paisajes de lejana belleza instrumental -los violines casi rozan el cielo-.

Ya conocemos los pocos discos que disfrutan de la virtud de no contener relleno. Pues "What's the time Mr. Wolf?" pasa a ser uno de los privilegiados. Aunque no canten en castellano, esta banda es de lo mejor que tenemos, y la prueba es que su nuevo disco deleita y engancha como pocos por aquí. CatPeople ya han demostrado que son un grupo de talla internacional, sin nada que envidiar a los mejores del género en el que se mueve su música como pez en el agua. El tiempo les pondrá donde se merecen, con toda seguridad.
x Rubén Aliaga. Foto: Víctor Alonso

"Sister"

2 comentarios:

the Jau one ha dicho...

Yo me imagino los conciertos de Catpeople presentados por Bertín Osborne, anunciando que llegan unos chavales desde Vigo imitando a Interpol.
De hecho esa Last Chance que habéis colgado tiene unos momentos Slow Hands un poco sonrojantes.

El primer disco aún lo escuché pero el segundo me va a dar perecilla.

Anónimo ha dicho...

Para plagios los continuos saqueos a los Beatles de Papá Noel Gallagher, y aún así os seguís postrando servilmente ante ellos. En España, ¿está más justificado Pigmy, que usa papel de calco con sus ancestrales grupos favoritos?. Cuidado con la coherencia en las comparaciones