8/1/10
"Cosas que los nietos deberían saber", de Mark Oliver Everett (Blackie Books).
Mark Oliver Everett, o E a secas, es también el grupo Eels, 7 discos a sus espaldas, con el octavo “End Times” a punto de ser editado. Es un ser complejo, porque sus circunstancias de vida lo han querido así. Y por ello, por esa complejidad y por la multitud de hechos singulares que ha vivido, ha decidido escribir un libro: “Cosas que los nietos deberían saber”, cuya lectura deja un poso emocional que días después sigue afectando.
E no tiene hijos, así que como él mismo bromea, este libro pasará directamente a sus nietos. En él se despoja de todo y cuenta su difícil vida, en la que ha visto morir a toda su familia antes de tiempo: a su padre, a su hermana suicidada y a su madre. Él mismo no estuvo lejos de desaparecer voluntariamente, pero la música le salvó. Tendente a la reclusión, al distanciamiento, al reconcentramiento personal –su huronismo me ha creado con él grandes lazos imaginarios-, tampoco ha tenido excesiva suerte con las relaciones, aunque ha tenido unas cuantas, y eso quizás ya sea una suerte.
Tras muchos años duros por todas sus pérdidas, “Cosas que los nietos deberían saber” es como un nuevo punto de partida, el de ver la vida desde el otro lado, el positivo, porque si consigues superar tanta muerte alrededor es, principalmente, porque estás vivo, y eso hay que aprovecharlo por encima de todo. Y él exprime la vida con su gran pasión, componer canciones, y este fantástico libro es un recorrido paralelo entre sus creaciones, sus canciones y letras, y las vivencias que le han ido sobreviniendo a lo largo de los años. E ya tiene 46, mucho pasado interesante que contar, y esta biografía músico-personal es un manual perfecto para acercarse a un hombre peculiar y un compositor de gran talento. Como dice Rodrigo Fresán en el prólogo, “el mejor libro de autoayuda que no intenta ayudar a nadie pero que lo consigue casi sin proponérselo”.
Y ahora, a redescubrir lo que tengo de Eels, y lo que no tengo, porque volveré a leer este libro en el futuro seguro, esta vez con su música incorporada para darle triple valor a la ya de por sí vivificante experiencia. x Lorién Sottonero
Mark Oliver Everett, o E a secas, es también el grupo Eels, 7 discos a sus espaldas, con el octavo “End Times” a punto de ser editado. Es un ser complejo, porque sus circunstancias de vida lo han querido así. Y por ello, por esa complejidad y por la multitud de hechos singulares que ha vivido, ha decidido escribir un libro: “Cosas que los nietos deberían saber”, cuya lectura deja un poso emocional que días después sigue afectando.
E no tiene hijos, así que como él mismo bromea, este libro pasará directamente a sus nietos. En él se despoja de todo y cuenta su difícil vida, en la que ha visto morir a toda su familia antes de tiempo: a su padre, a su hermana suicidada y a su madre. Él mismo no estuvo lejos de desaparecer voluntariamente, pero la música le salvó. Tendente a la reclusión, al distanciamiento, al reconcentramiento personal –su huronismo me ha creado con él grandes lazos imaginarios-, tampoco ha tenido excesiva suerte con las relaciones, aunque ha tenido unas cuantas, y eso quizás ya sea una suerte.
Tras muchos años duros por todas sus pérdidas, “Cosas que los nietos deberían saber” es como un nuevo punto de partida, el de ver la vida desde el otro lado, el positivo, porque si consigues superar tanta muerte alrededor es, principalmente, porque estás vivo, y eso hay que aprovecharlo por encima de todo. Y él exprime la vida con su gran pasión, componer canciones, y este fantástico libro es un recorrido paralelo entre sus creaciones, sus canciones y letras, y las vivencias que le han ido sobreviniendo a lo largo de los años. E ya tiene 46, mucho pasado interesante que contar, y esta biografía músico-personal es un manual perfecto para acercarse a un hombre peculiar y un compositor de gran talento. Como dice Rodrigo Fresán en el prólogo, “el mejor libro de autoayuda que no intenta ayudar a nadie pero que lo consigue casi sin proponérselo”.
Y ahora, a redescubrir lo que tengo de Eels, y lo que no tengo, porque volveré a leer este libro en el futuro seguro, esta vez con su música incorporada para darle triple valor a la ya de por sí vivificante experiencia. x Lorién Sottonero
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