13/2/10
Tom McCarthy es uno de esos afortunados que se dan el lujo de hacer varias cosas –en su caso, actuar, escribir y dirigir dentro del mundo del cine- y que tienen el talento necesario para hacerlas bien. Como actor, lejos de ser considerado como estrella, ha participado en películas como “Banderas de nuestros padres”, “Buenas noches y buena suerte”, “Duplicity” y “2012” y en teleseries como “Ley y orden”, “Ally McBeal” y la última temporada de “The Wire”. También figura en su currículum su participación en el guión de “Up”, pero si nos hemos decidido a hacernos eco de su nombre es por el guión y la dirección de dos películas de esas que entran de puntillas en las siempre largas listas de películas pendientes de ver, y que gracias a su sobriedad y a su ejemplar tratamiento de unas historias cuyos efectos especiales son la soledad, la amistad y la condición humana en su mejor y peor versión, impactan más que cualquier avatar cinematográfico de relumbrón.
En “Vías cruzadas” (“The Station Agent”), Finbar McBride (interpretado por Peter Dinklage) es un hombre que sufrió raquitismo al nacer y mide 1,35 cm., y el rechazo de la sociedad le hace elegir una vida en la que busca incesantemente el aislamiento de los demás. Pero tiene una pasión, los trenes. Así que se instala en una estación abandonada, y en ella, aunque se resista, va conociendo a sus escasos vecinos: una artista rehaciendo su vida desde cero y un sociable vendedor de perritos calientes. Los lazos que se crean entre ellos, inevitablemente y como a todos, cambian de alguna forma sus vidas.
“The Visitor” es más reciente. Tuvo nominado a Richard Jenkins (el padre de los Fischer de “A dos metros bajo tierra”) al Oscar al mejor actor en 2008, que interpreta fantásticamente a Walter, un profesor de Universidad que viaja a New York por trabajo. Allí tiene un piso que hace años que no visita, y se encuentra a una pareja viviendo en él, un sirio y una senegalesa, que no son okupas, sino víctimas de alguien que les ha alquilado fraudulentamente el piso. Con esta sencilla premisa, McCarthy construye una película sensacional, repleta de sutileza y serenidad tanto en el aspecto emocional como en el de denuncia social. Lo próximo de Tom McCarthy es una serie de televisión para HBO, “Canción de hielo y fuego”, que aunque parece que nada que tendrá que ver temáticamente con sus dos películas, no habrá que perderse. x Boletus
En “Vías cruzadas” (“The Station Agent”), Finbar McBride (interpretado por Peter Dinklage) es un hombre que sufrió raquitismo al nacer y mide 1,35 cm., y el rechazo de la sociedad le hace elegir una vida en la que busca incesantemente el aislamiento de los demás. Pero tiene una pasión, los trenes. Así que se instala en una estación abandonada, y en ella, aunque se resista, va conociendo a sus escasos vecinos: una artista rehaciendo su vida desde cero y un sociable vendedor de perritos calientes. Los lazos que se crean entre ellos, inevitablemente y como a todos, cambian de alguna forma sus vidas.
“The Visitor” es más reciente. Tuvo nominado a Richard Jenkins (el padre de los Fischer de “A dos metros bajo tierra”) al Oscar al mejor actor en 2008, que interpreta fantásticamente a Walter, un profesor de Universidad que viaja a New York por trabajo. Allí tiene un piso que hace años que no visita, y se encuentra a una pareja viviendo en él, un sirio y una senegalesa, que no son okupas, sino víctimas de alguien que les ha alquilado fraudulentamente el piso. Con esta sencilla premisa, McCarthy construye una película sensacional, repleta de sutileza y serenidad tanto en el aspecto emocional como en el de denuncia social. Lo próximo de Tom McCarthy es una serie de televisión para HBO, “Canción de hielo y fuego”, que aunque parece que nada que tendrá que ver temáticamente con sus dos películas, no habrá que perderse. x Boletus
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