18/1/11

Anders: El hombre moderno es un invento. El hombre aborrece la muerte y la futilidad.
Viktor: La religión es como un opiáceo para un miembro dolorido. El niño adora a Papá Noel. El adulto a Dios.
Isak: ¿Dónde está ese amigo que busco por todas partes? Con las primeras luces del día, mi nostalgia es máxima. Cuando cae la oscura noche y sigue sin haber rastro de él, pese a que mi corazón arde, las señales están ahí, donde emerja una fuerza, donde una flor huela dulcemente o el viento se levante. En mis suspiros, en el aire que respiro, su caridad está presente. Oigo su voz en el susurro de las brisas.
Viktor: No está mal como poema de amor.

Marianne: Pobre Evald.
Evald: ¡No me digas eso! La vida es absurda sin nuevos desdichados y sin creer que serán felices.
Marianne: Pones excusas. Eres como un crío. ¡Cobarde!
Evald: Sí. Esta vida me da asco. No quiero ataduras que me obliguen a vivir más.
Marianne: Sé que está mal querer tenerlo sin tu aprobación.
Evald: No hay nada malo ni bueno: satisfacemos necesidades, eso es todo.
Marianne: ¿Cuáles son?.
Evald: Tú, la necesidad de estar viva. Quieres vivir y dar vida.
Marianne: ¿Y tú?.
Evald: Yo siento la necesidad de estar completamente muerto.

Un médico va a recibir un homenaje de su universidad. Repentinamente, tras un sueño en el que contempla su propio cadáver, decide emprender el viaje en coche con su nuera, que se ha ido de casa de su hijo tras una discusión por su embarazo. Durante el viaje parará en la casa donde pasaba sus vacaciones de niño, donde crecen fresas salvajes y donde tuvo su primer amor...
'Fresas salvajes es un canto onírico, imperfecto y maravilloso a la soledad que anida en la raíz del ser humano. Es un autorretrato del hijo a través del padre (acaso la forma más íntima de retratarse, la más sincera). Es una búsqueda perpetua e imposible. La infancia en la vejez'. (Servadac, en Filmaffinity.com).
1 comentario
Me da que el hombre moderno tenía mucha más valía humana que el actual
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