Hefner: con la mano en el corazón El arca del fanzinefable

27/4/11

Entrevista a Darren Hayman (Hefner), publicada en So Young #18, en marzo de 2001.



Su fama ha ido engordando a golpe de concierto y a cucharadas de canciones sensibles. Darren Hayman, un músico-poeta con el glamour bajo mínimos, nos hace amar la ciudad y la buena fruta pop. x Fernando SoYoung

Darren Hayman lo ha vuelto a hacer. Ingredientes, los mismos de siempre, y la mezcla de ellos, similar. Pero “We love the city”, sus nuevas canciones en formato largo, tiene ese sabor especial que da la experiencia continuada: un gusto sabroso, dulce y convincente. Por primera vez un disco de Hefner sacia nuestro potente apetito de pop nutritivo. “Gracias, sois muy inteligentes” (se dejan oír risillas), “yo también creo que éste es uno de los mejores discos que hemos hecho.” Sólo uno de los mejores. Hayman tiene la lección bien aprendida y ya va templando ánimos para que la euforia de los que le rodean y escuchan no se convierta en palos para un hipotético futuro disco con menos suerte, algo que a estas alturas ya dudamos. Pero creo que es muy evidente que su nuevo trabajo es el más completo y sugerente de toda su discografía. “El hecho de que nos parezca que haya cuatro o cinco singles en este álbum” –sin ir más lejos, las cuatro primeras del disco: “We love the city”, “The greedy ugly people”, “Good fruit” y “Painting and kissing” son claros singles, pero es que ¡aún hay varias más!- “no le ha hecho mucha gracia a la compañía, aunque si te soy sincero yo sí que confío en un posible éxito a corto plazo.



Sentido lírico-musical

El caso es que Hefner encarnan hoy por hoy una de las propuestas más excitantes y de mayor calidad artística en la siempre rica y ahora más bien enclenque escena musical británica. Su patrón musical es claro y definido. “En mi opinión cambiamos la música de un disco a otro. Cuando sacamos un disco nuevo y nos dicen que está muy bien aunque sea más de lo mismo, pues te parece bien pero te hace pensar un poco. Siempre intentamos cambiar, sobre todo cuando pensamos en el álbum siguiente, y para nosotros sin duda suelen ser bastante diferentes". No vale la pena esforzarse en explicaciones, es la eterna cantinela de siempre: renovar tu sonido, cambiar de coordenadas musicales...no muchos de los que lo han intentado han salido vivos. Lo importante es cautivar. Por lo menos de lo que nadie podrá tachar a Darren Hayman es de no poseer una capacidad literaria extraordinaria. Sus letras son de ésas que parecen sencillas pero con las que uno se identifica al instante. Excelente escritor. “No solemos poner las letras de las canciones” –con excepciones: el nuevo disco sí que las incluye- “porque la gente las suele leer antes de escuchar la canción, y así se hace una idea preconcebida. Nuestro objetivo fundamental es simplemente que la gente escuche primero la canción, y así evitamos esa situación. Las canciones se hacen para ser escuchadas, no leídas como la poesía. Además, en países de habla no inglesa como España, Francia, Alemania, etc. la gente que no conozca el idioma puede acabar un poco frustrada a la hora de entender las canciones”. Y para completar el tridente de la oferta clásica de Hefner están las portadas, dibujadas por el propio Hayman con un trazo firme y colorista. “Las portadas no tienen intención de ser muy profundas, sólo divertidas. Intentamos hacer una pequeña reflexión de algo que haya en las letras del álbum, no es más”. Ni menos.



Confluencias

Hefner llevan ya un par de años en el candelero independiente. Son prolíficos y eso les ha hecho aparecer en muchísimas publicaciones, quizá demasiadas. Se nota a su jefe un poco quemadillo al hablar de Jonathan Richman o de Violent Femmes. “Cuando un grupo empieza, la gente le compara con otros grupos o músicos, pero la verdad es que no creo que sonemos como Jonathan Richman. Algunas de nuestras influencias son americanas, lo que es extraño porque queremos sonar muy británicos, del lugar de donde procedemos, pero siempre intentamos mezclar de algún modo todos los libros que leemos, la música que escuchamos e incluso las películas que vemos. Nuestras fuentes o musas son, por ejemplo, Raymond Carver... Y de cine, no sé, hace poco mi novia y yo vimos una película iraní y nos gustó mucho, me parecen muy tranquilas”. ¡Así que Darren Hayman tiene novia! El eterno cantor al desamor, al desencuentro, al amor no correspondido, a los feos sin suerte escribe con la seguridad del acompañado. Debe de ser cierto que un músico mínimamente famoso, por el mero hecho de serlo tiene asegurado un cierto éxito sexual entre mujeres (u hombres). La mala suerte en el amor que pregonan sus canciones se podrían tambalear, por tanto. “No creo que se refieran a no ser afortunado en el amor. La verdad es que cuando empezamos como grupo nos dijeron que seríamos famosos, que habría chicas... no lo creí pero es verdad. Pero con la mano en el corazón, nunca he dormido con una groupie, soy un caballero”. Una de las canciones que sorprenden en el disco, en este caso por el título y la letra, es el tema “The Day That Thatcher Dies”, chocante después de tantos años sin la ‘dama de hierro’. “Todo el mundo me comenta esto. Hay un punto en la canción que dice que es un poco tarde, pero en el fondo es una canción que está buscando algo en el pasado, es como unos versos de los que me acuerdo de la época del colegio. En Inglaterra, es un tipo de canción que todo el mundo compone al llegar a una cierta edad, aunque entiendo que haya mucha gente joven que no coja muy bien el significado”.

London calling

Son varias las veces que Hefner nombra en sus canciones a su lugar de residencia, Londres. Desde el título, “We love the city” a “The greater London radio”. “Me gusta mucho donde vivo, aunque también me gustan mucho lugares como España. Cada vez que vengo en verano me quedo pequeños períodos de tiempo, pero no te hablo de giras, sino de vacaciones, vengo a Barcelona. Me encanta España, pero Londres es mi casa y me siento muy apegado. Pero ahora que lo pienso quizás me compre un piso, hay muchas cosas que quiero hacer allí. Posiblemente vendría a Madrid más que a Barcelona, aunque también podría ir a New York...pero es muy estresante, demasiado grande incluso para mí”. Terminemos volviendo a su obra. Por primera vez han introducido una voz femenina en varias canciones, se trata de Amelia Fletcher, de Heavenly (ahora Marine Research). Y la lista de amistades de Hefner se presume gigante a tenor de las colaboraciones con la flor y nata de la independencia británica. Recuerdo a Glen Johnson, de los cada vez más valorados Piano Magic. “Piano Magic me gustan mucho, Glen tenía una discográfica y quería que Hefner grabara con ella. Es cierto que por alguna razón en Inglaterra hay muy poca gente a quien les guste”.
Afortunadamente, Hefner suben como la espuma. Con el gran “We love the city”, lo que se propongan.

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