Twangs Riguroso directo

3/5/11

Twangs
Sala Arena Rock, Zaragoza
29/04/2011

Con más de media hora de retraso con respecto al horario previsto hicieron su aparición sobre el escenario del Arena Rock, Los Twangs, terminando así con la impaciencia del buen puñado de tupés, patillas y demás elementos acordes al dictado rocker clásico allí congregado. Pero quizá esta demora no respondiera sino a otra estrategia premeditada del propio grupo, porque Los Twangs, amén de una banda de etiquetas (garage, surf, rock and roll, hardcore, ¡?), tal como el locuaz cantante se encargó de enfatizar, es también un grupo de estrategias, como también confesó el mismo Ukelele Frank, que tal es el nombre de la voz twang. La primera de las estrategias confesas fue la de regalar una camiseta con la entrada, con diseño de un colega de Barcelona, y la segunda, ya bien avanzado el concierto, tirar una veintena de maracas a la concurrencia y solicitar a los afortunados en recogerlas su presencia junto a ellos sobre las tablas, en una suerte de pachanguilla interactiva al objeto de animar el cotarro. Porque el tema de la interactividad con su público es algo también fundamental en Twangs, que tienen la diversión como una de las prioridades básicas en sus directos. Entre canción y canción, Frank se dirigía indefectiblemente al público con vehemencia y determinación, lo mismo apuntando algo sobre el siguiente tema o recordando datos del grupo, como reclamando más cercanía y calor (‘un paso adelante hacia los Twangs’, pedía), que aludiendo a la boda real inglesa, acontecimiento éste que se celebraba el mismo día y al que se refirió en no pocas ocasiones y con el que parecía tener especial fijación el hombre. En fin, que podría compaginar su faceta artística perfectamente con otra como monologuista. Y realmente desconozco si es ésta una característica común al estilo de esta clase de grupos, pero el caso es que el asunto de miembro de la banda dirigiéndose a la parroquia entre tema y tema con mucho desparpajo, gracia y retranca, se reproduce casi miméticamente en unos primos musicales suyos, The Vibrants, con el simpar Villuendas en el papel de declamador.

Lo que quedó claro es que, estrategias aparte, Los Twangs cumplen sobradamente con lo que se espera de ellos y se nota fácilmente que lo que hacen, amén de hacerlo con acierto (llevan tiempo en el oficio y otros proyectos a sus espaldas), les encanta, les divierte y logran contagiarlo. Repasaron los temas de su último trabajo, 'Mondo Twango', aderezándolo con algunas versiones de clásicos del rock y de alguna rareza extravagante como un twist cantado en griego clásico, o al menos así fue introducido el tema, y aunque desconozco esa lengua muerta (sólo pude disfrutar del latín en tiempos escolares), bien pudo ser real, quién sabe si aprovechando una hipotética formación en filología clásica del amigo Ukelele Frank, algo que no puedo confirmar.

Terminaron con ‘María Amparo’ (a destacar también al hilo de este título, lo que parece una pequeña querencia del grupo hacia los nombres femeninos para los títulos: Brigitte, Lupelú, la propia Amparito…) antes de dar por finalizado el concierto y retirarse al camerino, del cual volvieron a salir rápidamente, esta vez cambiando su indumentaria inicial (pantalón oscuro, camisa blanca y corbata estrecha negra, con su arquetípico tocado moruno en la cabeza) por una imagen a medio camino entre un mariachi y Bigote Arrocet, enfatizando de nuevo su vis de auténticos showmen. Y de esa guisa comenzaron un repaso por los temas más antiguos de estos chicos, desde cuyas guitarras, bajo, saxo, batería y otras percusiones, resuenan efectivamente notas del rock and roll más clásico, el cual van moldeando desde su propia perspectiva para producir el sonido Twang, que de forma inminente tomará cuerpo en un tercer largo. Suerte. x Sr. Fi