Comet Gain vs. The Ladybug Transistor

19/6/11

Comet Gain:
"Howl of the lonely crowd"


Desde su origen en 1992, Comet Gain siempre ha sido un hervidero de músicos, ideas y sobre todo pequeñas grandes canciones. Sus datos y cifras son toda una golosina para el coleccionista indie: por sus filas han pasado hasta 12 miembros para certificar 6 álbumes, un recopilatorio, 15 singles y Ep's para unos cuantos sellos distintos y una multitud de apariciones en discos tributo, de versiones y compilaciones varias difíciles de rastrear, lo que supone un apasionante reto para sus incondicionales.
En 2011 acaban de sacar "Howl of the lonely crowd", en donde se lucen con intensidad siguiendo las líneas maestras del sonido que les han granjeado tantas adhesiones: pop lo-fi, veloces pepinazos casi punk, y una salsa northern soul bañando su lado más melódico. Son capaces de hacer una canción de casi 6 minutos ("After Midnight, After Its All Gone Wrong") y una de minuto y medio ("In a lonely place") e imprimir en ambas la misma transmisión emocional intensa de los mejores himnos de baja intensidad y alta capacidad sentimental. La inicial "Clang Of The Concrete Swans" condensa toda su capacidad innata para certificar lo que debería ser una canción de éxito. La parcialmente recitada "A Memorial For Nobody I Know" y "Some Of Us Don't Want To Be Save" subliman su lado tranquilo británico. En definitiva, un grupo con el que es difícil no encariñarse cada vez que lo escuchas, aunque hayan pasado 16 años ya desde aquel primerizo "Casino classics".


The Ladybug Transistor:
"Clutching stems"

The Ladybug Transistor proceden de Brooklyn y, en cierto sentido -no en el estilístico- podrían ser parientes de Comet Gain. Más de quince años a sus espaldas editando discos, inasequibles al desaliento, siguiendo su camino ajenos al hambre devoradora de la industria. También han pasado por su filas un montón de músicos, pero su esencia siempre se ha mantenido desde sus comienzos: pop de factura sencilla, con especial gusto por las armonías vocales y las guitarras cristalinas: canciones que podían haber sonado en 1965 y hoy, canciones para cualquier estado de ánimo y cualquier estación del año. Recuerdo el concierto que dieron en Huesca, en el mismo sitio en que antes The Delgados habían dado otra lección magistral. Los Ladybug se mostraron como músicos tan cercanos como virtuosos de la melodía, y todo el mundo salió de allí con una cálida sensación interior de haber pasado un rato feliz.
Así pues, la entrega discográfica de 2011 de The Ladybug Transistor parecía un regalo añadido tras tantos años de carrera, y tanto tiempo sin saber de ellos. Pero el regalo no es baladí, ya que la forma que demuestran es apabullante: uno detrás de otro, caramelos de pop sensible y atemporal, desde la inicial "Clutching stems" a las no menos entrañables e irrebatibles "Hey Jack, I'm on fire", "Life less true", "Oh Christina" o "Light on the Narrow Gauge", por citar algunas de un meticuloso disco que nos hace volver a admirar que aún existan grupos como The Ladybug Transistor.

3 comentarios:

Azul Sanchez ha dicho...

Vaya dos grupazos!!!

Fernando López Mateo ha dicho...

Sí, dos grupazos incorruptibles

MrNovember ha dicho...

Y dos muy buenas canciones.
Tengo todavía pendiente el último de los comet, pero seguro que no me desagrada porque me gusta casi todo lo que hacen. Mr Feck ya nos dejó un buen puñado de canciones el año pasado con Cinema red and blue, (como la excelsa Melanie down) donde creo que hubo alguna colaboración de Ladybug Transistor