Piano Magic: contraseñas sin codificar El arca del fanzinefable

24/1/12

"Artists' rifles" fue un regimiento británico de la Primera Guerra Mundial que tenía entre sus rangos al aclamado poeta de la guerra Wilfred Owen. Pero también es el más reciente trabajo de una banda llamada Piano Magic. ¿De qué manera puede inspirar una cosa así a un grupo del siglo XXI?. x Fernando SoYoung/Julio A. Cuenca. Publicado en So Young#18, marzo de 2001

Password by Piano Magic on Grooveshark

En el antepatio de las librerías francesas, desde Reignac a Marsella, la lluvia golpea coches pequeños, las nubes se ciernen sobre sus asientos traseros. Así comienza líricamente “Artists’ rifles”, el tercer disco de una de las bandas más especiales que circulan hoy por hoy por escenarios y tocadiscos: Piano Magic. Desde que hace unos años la Plaza del Rei de Barcelona ha guardado en el inminente otoño de septiembre un hueco para la música, siempre ha habido maravillosos momentos de comunión entre su marco incomparable y unos grupos y canciones siempre muy cerca del corazón, de una sensibilidad excelsa y reconfortante. Pero lo de Piano Magic en ese lugar fue distinto. Sus canciones fluían, se empapaban, rebotaban, emanaban de las propias piedras de las vetustas paredes. Glen Johnson las escrutaba con la mirada elevada, entre incrédulo y hechizado. “Aunque siempre es difícil mirar hacia adentro, a la música que hacemos la consideramos en cierta forma melancólica, intensa, romántica, un poco de banda sonora de alguna película interesante, un poco triste pero al mismo tiempo alegre...” Desde fuera no vamos muy lejos de estos conceptos. “Artists’ rifles” es un disco para soñar, puro romanticismo barroco, canciones repletas de ambientes atmosféricos salpicados de guitarras que hieren con dardos de belleza ancestral e imposible. Artesanía refinada en manos de cinco amantes de emociones teñidas de ingravidez evocadora. ”Creo sinceramente que no hay otra banda como Piano Magic en cuanto a sus parámetros musicales. No hemos dejado de evolucionar, porque escuchamos música muy diferente. Siempre que se cite a este grupo ha de hablarse de un sonido personal, un sonido que no mucha otra gente comparte.”

Enriquecedora inquietud

Si hay otra cosa –hay muchas- valorable e incluso sorprendente en el mundo de Piano Magic es su movilidad interna y externa. Su fundador fue Glen Johnson, pero desde sus orígenes el grupo ha tenido un continuo flujo de miembros entrando y saliendo. Por no hablar de colaboradores e invitados –entre ellos hay que citar como representativos de lujo a Darren Hayman de Hefner o a Simon Rivers de The Bitter Springs- o de los catorce sellos internacionales en los que han publicado. Sin embargo, parece que en “Artists’ rifles” la cosa se ha estabilizado. “El hecho de que haya tocado menos gente en el último disco ha sido porque queremos tocar de la mejor manera posible las canciones en directo. El problema con los discos anteriores era que al estar tanta gente con actividades y vidas diferentes era muy complicado plasmar en directo las canciones. No veíamos posible el tocar veinte personas sobre el escenario, cosa que en disco se puede hacer. Además, nosotros cuatro –a saber: John Cheves, Glen Johnson, Miguel Marín y Paul Tornbohm; la vocalista Caroline Potter todavía no es miembro fijo de la formación- hemos pasado mucho tiempo juntos y es más fácil componer siempre con la misma gente. Pero para el próximo disco volveremos a contar con mucha gente.”

¿Un grupo culto? Como este término genera bastantes animadversiones, dejémoslo con que Piano Magic van más allá de las referencias frecuentes; bucean en la literatura, el cine introspectivo, la poesía...no hay más que ver sus siempre sugerentes letras: “Son casi todas reales, versan sobre algo que le ha pasado algún miembro o a alguien de alrededor. Somos personas soñadoras, románticas, no nos sale un pop muy típico ni en letras ni en música, nos salen cosas como más, digamos, poéticas. Sentimos que nuestra música podría incluirse dentro del arte, podria formar parte de una película, y también que podemos gustar a gente de todas las edades, a un niño de 15 años o a una persona de 60. Las letras, simplemente, no hablan de chorradas, siempre que nos ponemos a componer nos sale algo triste, emocionante.”

Pues sí oye, al pan pan y al vino vino. Con siete hermosas canciones y tres pequeños interludios, Piano Magic han encontrado un santo grial al que pocos tienen y van a tener acceso. Como esa infinita “Password”, una de las canciones más inmensas e intensas del año, el lustro y la década. La eterna juventud ajada.

0 comentarios: