Ocean Colour Scene: retro-rock de etiqueta Miradas al pasado (17)

18/4/13

Coincidiendo con la vuelta de Ocean Colour Scene a Zaragoza, -actúan hoy en el Teatro de las Esquinas-, publicamos este artículo que salió en la revista "El pez que todo lo ve", en su número 22 del mes de marzo de 1998.


PASAJEROS DEL TREN DEL ÉXITO

La industria musical es, sin ninguna duda, caprichosa y cruel. De otro modo, ¿cómo se puede entender que dos grupos desahuciados por ella hace pocos años, como The Verve y nuestros próximos visitantes Ocean Colour Scene, se hayan convertido recientemente en los máximos competidores de Oasis para comerse el pastel multimillonario de los superventas ingleses?

Sea como sea, lo único cierto es que el ascenso a lo más alto del grupo que nos ocupa en esta ocasión, Ocean Colour Scene, culmina una de esas historias complicadas, casi imposibles, de descenso a los infiernos y posterior renacimiento cuasi-milagroso y enormemente meritorio. La chispa que engendró este cambio de la nada al todo en la vida de este grupo de Birmingham quizá habría que buscarla allá por el mes de marzo de 1993, cuando Ocean Colour Scene telonean a Paul Weller, ex-líder de The Jam y de The Style Council, en el Town and Country Club de Leeds. Aquí comienza una amistad y una colaboración mutua que sin duda relanzó y condicionó de alguna forma la manera de crear música de O.C.S..


IGNORADOS POR EL MUNDO

Con anterioridad a este suceso, su trayectoria sólo se puede calificar como de errante. Desde su formación en el otoño de 1989 en la citada ciudad de Birmingham, Simon Fowler, Damon Minchella, Oscar Harrison (provenientes del grupo The Fanatics) y Steve Cradock (ex-guitarrista de The Boys) mostraron su filiación musical a la tendencia psicodélica imperante por esos tiempos. Sus dos primeros sencillos -“Sway” y “Yesterday Today”, editados por la independiente !Phffft- auguraban un buen futuro para la banda, pero tan sólo fue un espejismo. En pleno proceso de grabación de su elepé de debut con el prestigioso productor Jimmy Miller (avalado por su trabajo con The Rolling Stones) Ocean Colour Scene pasan a la escudería Fontana, y tras mil y una vicisitudes lanzan el álbum en abril del 92 con el nombre de “Ocean Colour Scene”, su presentación en larga duración que confirmaba la vena psicodélica y melódica que habían mostrado en sus anteriores singles y del que se esperaba mucho. Sin embargo, el fracaso es estrepitoso.

The Riverboat Song by Ocean Colour Scene on Grooveshark

PAUL WELLER Y OASIS

De aquí al punto de inflexión antes comentado va un año de zozobras y rumores de desaparición, hasta que aparece el que podríamos considerar sin temor a equivocarnos El Padrino de Ocean Colour Scene: Paul Weller. Coincidiendo con el relanzamiento de la carrera en solitario del ex-Jam con el álbum “Wild Wood”, Cradock, Fowler y Minchella se unen a su banda ocasionalmente e incluso colaboran en su siguiente disco, todavía más exitoso, “Stanley Road”. Es por aquel año 94 cuando aparece otro nombre ilustre que desde entonces siempre ha ido ligado a O.C.S.: Oasis. Les telonean en la gira de “Definitely Maybe”, trabando una amistad que todavía hoy perdura, y los Gallagher propagan a los cuatro vientos que O.C.S. son una de las mejores bandas de Inglaterra, lo que lleva a que la popularidad de la banda empiece a crecer como la espuma. Como consecuencia de todo este proceso, MCA Records decide incorporarlos a su nómina en el verano de 1995 y a los pocos meses se produce la eclosión definitiva: a primeros del año siguiente se lanza “The Riverboat Song”.

El giro estilístico con respecto a su primer disco es radical, adelantando las que iban a ser las claves de los ‘nuevos’ Ocean Colour Scene: rock setentero, rhythm’n’blues, folk y las inherentes melodías pop que brotan de cualquier grupo británico, unas coordenadas que hacían a la banda irrumpir con fuerza en medio del panorama musical resacoso de brit-pop. El riff pegadizo de “The Riverboat Song” sonó en cualquier rincón de Gran Bretaña en el que existiera una radio y el siguiente sencillo “You’ve got it bad”, más rítmico y refulgente, sólo sirvió para demostrar las altas cotas a las que podía llegar el álbum que estaba a punto de ver la luz.

You've Got It Bad by Ocean Colour Scene on Grooveshark

LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL...

Moseley Shoals” (nombre del estudio de grabación de su propiedad) confirmó, desbordando incluso toda previsión, la carrera ascendente de los de Birmingham: más de un millón de copias vendidas sólo en el Reino Unido. El disco, en el que Paul Weller devolvía favores colaborando en diversos temas con guitarra, órgano, piano y coros, contenía indiscutibles aciertos melódicos como “The day we caught the train”, “The circle”, “Lining your pockets” o “Policemen & pirates”, y mostraba como mejores armas a un combativo Simon Fowler rompiéndose la voz en cada tema y a un Steve Cradock arrollador con la guitarra. Aún así este boom resultaba del todo sorprendente, asociado estrechamente al eterno debate de la validez del revisionismo y del saqueo indiscriminado a los clásicos (en su caso, desmarcándose de los casi siempre mentados Beatles, Beach Boys o Bowie para remitir a bandas como Cream, Small Faces o el mismo Weller). Indudablemente, Ocean Colour Scene toman inspiración en el pasado pero su talento debe medirse por el sello personal imprimido en las composiciones, precisamente donde radica su masiva aceptación. De otro modo, ¿dónde puede estar su secreto?

The Day We Caught the Train by Ocean Colour Scene on Grooveshark

...Y EL MUNDO A SUS PIES

Una vez llegado el éxito, todos los movimientos del grupo son seguidos y propagados a lo grande por la prensa. Giras por todo el mundo, un oportuno y oportunista elepé de caras B y rarezas (“B-sides, seasides and free rides”), y nuevas canciones que cristalizan en septiembre del pasado año en el lanzamiento de su tercer trabajo -para ellos, el segundo, pues reniegan de aquel fatídico debut- llamado “Marchin’ Already”, donde vuelven por los fueros de “Moseley Shoals”, mezclando el clásico pop británico de toda la vida con esa tendencia rockera con el sello inconfundible de los años setenta, con el rhythm’n’blues y con claras influencias de la música negra. Con él han llegado más éxitos en formato single (“One hundred mile high city”, “Travellers tune”, “Better day”) y bonitas canciones de gran sensibilidad como “Foxy’s folk faced”, “Get blown away” o “Debris Road”.

La presentación que hacen este mes en nuestra ciudad de su último disco no será la primera, puesto que ya tuvimos la ocasión de verlos acompañando a Oasis en su concierto de noviembre en el pabellón Príncipe Felipe. Allí nos dejaron una doble y contradictoria sensación, una mezcla de contento por los destellos de calidad que ofrecieron, y descontento por una media hora fugaz que no dio tiempo ni a asimilar quién estaba en el escenario, además de un pésimo sonido. Por ello ésta es una ocasión inmejorable para, además de tenerlos bien cerca (como de verdad gusta tener al artista en cualquier actuación), disfrutar de toda la intensidad y emotividad que Ocean Colour Scene despliegan en directo. Y siempre es un seguro presenciar en concierto a un grupo que está en el mejor momento de su carrera. x Fernando SoYoung

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