"Skagboys", de Irvine Welsh A los que leen. Capítulo XIX

12/9/14

E Irvine Welsh cerró el círculo (al menos de momento). Tras "Trainspotting" y su continuación "Porno", llega la tercera parte de la saga, en este caso la correspondiente a la época anterior a "Trainspotting", es decir, a cuando Mark Renton, Sick Boy y compañía tenían apenas veinte años cumplidos. Situada por tanto en la primera mitad de los ochenta, cuando el consumo de heroína se hizo masivo en ciertos ámbitos ("skag" se traduce como jaco), y cuando el Sida empezó a hacer estragos en Edimburgo (y en el resto del mundo).

Como siempre, la prosa de Welsh es directa, cruda, divertida (con una gran traducción a cargo de Federico Corriente) y se consume a toda velocidad. Tiene mucho mérito que la historia de unos barriobajeros tirados escoceses llegue a conseguir empatizar de una manera tan incontestable y adictiva. Creo que Irvine Welsh conseguiría que la historia de estos chicos cuando lleguen a sexagenarios (ojalá no lo descarte) fuera igual de atractiva y entretenida.

Para celebrar esta nueva gran novela de Irvine Welsh, adjuntamos unas cuantas frases favoritas del libro y una banda sonora de canciones y grupos que van apareciendo por sus páginas.



Lindezas de "Skagboys" en formato frase:

"En el fondo era una tía cuadriculada y me había hablado de buscar piso juntos el año siguiente. Después llegarían la licenciatura, los curros de nueve a cinco y otro piso, este ya con hipoteca. Luego el compromiso. Después la boda. Una hipoteca mayor para comprar una casa. Hijos. Gastos. Y por último, las cuatro Ds: desencanto, divorcio, dolencias y defunción".

"Cortarse la polla para fastidiar a las pelotas no tiene ningún sentido".

"El piso huele como una puta leonera, y fijo que decir eso es faltarle a los grandes felinos".

"Beber de aquella forma era cosa de jóvenes, algo que más valía hacer cuando uno estaba libre de perturbadoras reflexiones sobre la propia mortalidad".

"¿Qué sentido tiene? La música es una pérdida de tiempo, solo te apacigua y te hace creer que no es todo una mierda tan grande como es. Es como tomar putas aspirinas para luchar contra la leucemia".

"'¿De verdad? Quiero decir, ¿de verdad se vuelve todo más fácil?' pregunta con urgencia. El poli niega con la cabeza. 'Y una mierda; se pone mucho peor, maldita sea. Lo único que pasa es que las expectativas que tienes en la vida se vienen abajo. Te acostumbras a toda la mierda y ya está'".

"Creo que fue el bueno de Soren el que dijo que se pueden dar consejos cómodamente desde un puerto seguro, y la indiferencia total es el puerto más seguro de todos".

"Puede que todos estos zumbaos hablen como violadores cuando están entre ellos, pero acabarán todos convertidos en maridos calzonazos que se preocupan por sus hijas que te cagas. Es pura pose".

"Es cierto eso que dicen; jamás de los jamases pongas la oreja detrás de las puertas, porque puede que oigas cosas de ti que no te apetece oír".

"En el supermercado del pecado no hay caja rápida para los que compran pocos artículos".

"Es rarísimo que por un momento estemos aquí y al siguiente hayamos desaparecido. En un par de generaciones, a nadie le importará una mierda. No seremos más que unos gilipollas con ropas graciosas en fotografías descoloridas que un triste descendiente con demasiado tiempo libre saca del aparador para mirar de vez en cuando". 
 
"'Pues va y me suelta: "¿Y tú a qué te dedicas?" Me entraron ganas de decirle: "¿Cómo? ¿Qué quieres decir con eso? Me dedico a hacer el amor. A ver la tele. A salir de copas". ¿Por qué siempre tenemos que suponer que cuando nos preguntan eso se refieren a la vida laboral?'"

"Estaba leyendo 'Vida y época de Michael K." de J.M. Coetzee, evidentemente porque le habían dado no sé qué premio piojoso, y porque la gente como ella, pese a sus pretensiones de librepensadora, siempre necesita que le digan lo que tiene que leer".

"Veo a abuelos, tíos y tías y algunos otros parientes ancianos a los que no recuerdo del todo, todos atrapados en una vejez lúgubre y amorfa. A veces, un par de ojos fogosos en una cabeza blanca, hinchada o flacucha, dan una pista de que en algún momento han sido 'personas de verdad'; pero Schopenhauer tenía razón: la vida tiene que ser un proceso de desilusión, de ir tropezando inexorablemente hacia el desastre total".

"Cuando grabamos cintas a los demás, por mucho que Sick Boy diga que es un acto encubierto de agresión y de control mental egotista, lo que cuenta es haber tenido la gentileza de grabarlas".


Lindezas de "Skagboys" en formato canción:

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