Kelley Stoltz. Yann Tiersen. El Último Vecino Riguroso directo

17/3/18

Kelley Stoltz. Las Armas, 7 de marzo
A la pregunta que me hicieron al día siguiente de su concierto en Las Armas, de "qué música hacía" Kelley Stoltz, no pude concretar una explicación que hiciera justicia a la realidad. Porque la realidad es, para mayor mérito del músico afincado en San Francisco, que este hombre abarca muchos caminos: una canción es new wave y la siguiente tira por derroteros de psicodelia pop sesentera, después se pone la chaqueta de lentejuelas para hacer funk pop bailón y luego se la quita y ataca con unas guitarras homenaje a Echo & The Bunnymen (ha tocado con ellos en el pasado reciente). El conjunto revela que, como su cabellera, la música de Stoltz es revuelta y ecléctica, haciendo de su actuación un tiempo efectivo sumamente entretenido, fiel reflejo de su reconocido álbum de 2017 "Que aura", de donde entresacó lógicamente el grueso de su actuación, "Empty kicks", "Get over", "Possessor"... Todos hemos ido a conciertos con un disco en la cabeza y nos hemos ido decepcionados con su traslación al directo. Con Kelley sucede el caso contrario, te vuelves a casa con ese disco amplificado y enriquecido.

Yann Tiersen. Teatro Principal, 12 de marzo
Bonito. Todo me parece bonito en la música de Yann Tiersen. Ya le cogí simpatía hace mil años al saber que nacimos con tan solo dos días de diferencia, y luego su disco "L'Absente" (2001) fue telón de fondo de muchas vicisitudes personales tan revueltas como inolvidables. Siempre conmigo. Siempre con él en su trayectoria de música pop y bandas sonoras, de violines, acordeones, guitarras, pianos y otros instrumentos.
Su última grabación ha sido "Eusa", palabra bretona que traducida al francés es Ouessant, la isla en la que vive compartiendo vecindad con 800 personas, y que queda a una hora y media de tierra firme. Le va que ni pintado al intimismo y sensibilidad de su música. En el Teatro Principal, lleno hasta la bandera, es empezar a repasar el disco y entrar en una burbuja de líquido amniótico en donde nadas flotando relajadamente, absorto entre tanta belleza de notas que concuerdan con naturalidad asombrosa. Tras los primeros cincuenta minutos de piano, alternó con el violín y recordó viejas épocas, cuando visitó Zaragoza hace más de diez años y dio un recital espectacular pleno de fuerza y energía, de genio, nervio y sensibilidad en uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. Aquí el tono fue más relajado, pero la intensidad emocional siguió estando a mucha altura.

El Último Vecino. La Lata de Bombillas, 15 de marzo
Al igual que Yann Tiersen -y a diferencia de Kelley Stoltz- El Último Vecino agotó entradas en su visita a Zaragoza en esta ocasión, incluida dentro de la programación "Girando por salas". Hay grupos a los que les va más el cara a cara, la cercanía del público, el calor del local pequeño. Es el caso de El Último Vecino. Comandados por el expresivo Gerard Alegre, el cuarteto comenzó fuerte con (tú ya estuviste destrozada) "Antes de conocerme"  y "Una especie de costumbre", ambas de su segundo elepé "Voces", a las que siguieron todo el racimo de sensacionales canciones de ese disco y de su debut (mejor disco del año 2013 para Soyuz), y de grabaciones sueltas (especial mención para "Mi amiga salvaje", "Los ángeles" y "Tú no estás asustado"). La atmósfera respirable nos introdujo en una regresión a los ochenta a lomos del sintetizador y del sonido de guitarra que tanto recordaba a New Order, en un concierto que fue claramente in crescendo y que nos dejó en lo alto, con ganas de mucho más, esperando un bis que no llegó pero dejándonos un excelente implante para el recuerdo. x Fernando SoYoung

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