"Diario del asco" (Isabel Bono) Subrayadas (119)

29/10/20

El odio no es ausencia de amor. La ausencia de amor es indiferencia. El amor es irracional. El odio es un sentimiento más fuerte que el amor porque no es irracional. El amor se alimenta de ilusiones y las ilusiones suelen ser efimeras, mientras que el odio se alimenta de rencor y el rencor es para siempre. Existen dos tipos de odio, el activo y el pasivo. El odio activo desea el sufrimiento del otro y lo procura. El pasivo solo hace daño al que odia. No sé si existe un tercer tipo de odio.

Dices Buenos días, dices Esto está muy rico, dices Por favor, dices Gracias. Sin darte cuenta ese gran amor se ha convertido en un familiar con quien compartes el baño. Te llevas bien con esa persona, comentáis las noticias, te sujeta la escalera cuando bajas cosas del altillo. Nada te araña en ningún sentido. Quizá te gustaría largarte, pero ¿quién es capaz de abandonar a un familiar con quien no te llevas mal?, ¿cómo dejar a quien te hace la vida más agradable?

Nadie entiende que uno no desee vivir a pesar de estar sano. Nadie entiende que haya personas normales a las que lo bueno que pueda ofrecernos la vida no nos interese o no nos compense o no nos dé la gana aceptarlo. Dirán que estábamos locos o nos volvimos locos. Nadie dirá que éramos personas sanas, a ratos incluso felices, pero que a pesar de todo, simplemente, hubiéramos preferido no nacer. Nadie, nunca, entenderá este hastío.

La bendita ignorancia que mueve el mundo, porque si supiéramos quién es quién cuando nos cruzamos por la calle, las aceras serían campos de batalla.

Esperanza de vida, dicen, vivir tanto, ¿para qué? Para ver morir a los demás.

Ya tenía ganas de cumplir los cuarenta, dijo. Me extrañó. A nadie le gusta cumplir años. Ahora pienso que en realidad me estaba diciendo: Ya tenía ganas de no sentir la necesidad de gustar.

La tristeza afea, por eso he aprendido a estar triste cuando nadie me ve.

Recuerdo haber leído por aquel entonces, en un libro de Hatero: «El paraíso es un lugar donde todos somos amnésicos».

Llorar no tiene que ver con beber, tiene que ver con dejar de beber. ¿Has visto a alguien llorando mientras bebe? No, les ves llorar cuando paran.

Me contó que tenía una teoría sobre el número cuatro. Había leido que el amor solo dura cuatro años. Después llega la monotonía, el desinterés y el megaaburrimiento. A los cuatro años lo dejas o te casas. A los cuatro de casado te separas o tienes un hijo. A los cuatro del primer hijo tienes otro hijo o te separas. A los cuatro del segundo cambias de casa o te separas. Y así hasta el infinito.

Somos muertos de vacaciones.

2 comentarios:

isabel bono ha dicho...

Gracias por leerme y subrayarme.
:)

Soyuz ha dicho...

Ha sido un placer la lectura, es un gran libro en el que hay muchas más frases subrayadas que las que aquí figuran. Muchas gracias