Me gusta entretenerme con cine de acción y de ciencia ficción. Me lo he pasado bien recientemente viendo "El caballero oscuro", "Looper", "Grupo 7", "El topo" o "Attack the block", pero siempre está bien adentrarse en lo que se puede denominar "cine de conversación", aquel en el que lo más importante no es el aspecto visual o el espectáculo pirotécnico, sino que el protagonista es el diálogo y la palabra. En el buen balance entre ambos tipos de cine está la gracia, supongo. Por eso me ha gustado otra vez la nueva película de
Cesc Gay, "
Una pistola en cada mano" como en su día me gustó "En la ciudad". En este caso con el tirón de un reparto de "reconocibles"
(Darín, Tosar, Cámara, Watling, Noriega, Sbaraglia, Candela Peña, Eduard Fernández, San Juan, Guillén Cuervo, Mollà), Gay retrata una colección de hombres, o perdidos o inseguros o desorientados en la vida, o todo junto en su complicada etapa cuarentona.
"El amigo de mi hermana" (otra traducción libre incomprensible de "Your sister's sister") es una película que se sostiene de sobra con tres personajes -para tres grandes actores- gracias a un excelente guion. A la película de
Lynn Shelton no le hace falta un presupuesto millonario para tocar el corazón y lograr ganarse un aura del mejor cine de autor: "El amigo de mi hermana" es una película que intuyes que volverás a ver, y de esas para recomendar a alguien especial.
No me ha pasado lo mismo con "
El Skylab". Desde "Antes del amanecer" y "Antes del atardecer" soy seguidor fijo de
Julie Delpy, pero esta vez -como directora en este caso- me ha fallado. "Dos días en París" tuvo su gracia, pero esta película, con el aval del premio del Jurado del festival de San Sebastián, me ha aburrido. Cuenta un día de su infancia en una casa de campo con toda su familia, y no creo que consiga hacer conectar en absoluto todo lo que sintió ella y sus recuerdos de entonces a los demás. Conversaciones sin interés en este caso, ni cuando se pone dramática con el tema de la política. De momento a ella no le han sentado bien los cuarenta como directora...
x Matías Galli
Me gusta entretenerme con cine de acción y de ciencia ficción. Me lo he pasado bien recientemente viendo "El caballero oscuro", "Looper", "Grupo 7", "El topo" o "Attack the block", pero siempre está bien adentrarse en lo que se puede denominar "cine de conversación", aquel en el que lo más importante no es el aspecto visual o el espectáculo pirotécnico, sino que el protagonista es el diálogo y la palabra. En el buen balance entre ambos tipos de cine está la gracia, supongo. Por eso me ha gustado otra vez la nueva película de Cesc Gay, "Una pistola en cada mano" como en su día me gustó "En la ciudad". En este caso con el tirón de un reparto de "reconocibles" 
(Darín, Tosar, Cámara, Watling, Noriega, Sbaraglia, Candela Peña, Eduard Fernández, San Juan, Guillén Cuervo, Mollà), Gay retrata una colección de hombres, o perdidos o inseguros o desorientados en la vida, o todo junto en su complicada etapa cuarentona. "El amigo de mi hermana" (otra traducción libre incomprensible de "Your sister's sister") es una película que se sostiene de sobra con tres personajes -para tres grandes actores- gracias a un excelente guion. A la película de Lynn Shelton no le hace falta un presupuesto millonario para tocar el corazón y lograr ganarse un aura del mejor cine de autor: "El amigo de mi hermana" es una película que intuyes que volverás a ver, y de esas para recomendar a alguien especial. 
No me ha pasado lo mismo con "El Skylab". Desde "Antes del amanecer" y "Antes del atardecer" soy seguidor fijo de Julie Delpy, pero esta vez -como directora en este caso- me ha fallado. "Dos días en París" tuvo su gracia, pero esta película, con el aval del premio del Jurado del festival de San Sebastián, me ha aburrido. Cuenta un día de su infancia en una casa de campo con toda su familia, y no creo que consiga hacer conectar en absoluto todo lo que sintió ella y sus recuerdos de entonces a los demás. Conversaciones sin interés en este caso, ni cuando se pone dramática con el tema de la política. De momento a ella no le han sentado bien los cuarenta como directora... x Matías Galli
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