20/9/18
Si hace tan solo un par de días pregonaba los parabienes de la música de los australianos Rolling Blackouts Coastal Fever, otra vez me he quedado boquiabierto con el nuevo disco de estos jovencillos -aunque ya conocidos de sobra en Soyuz por aquel vistas al mar de Louis cuando presentaban su primer disco- de ese lejano país insular.
No cabe duda de que Louis Forster es hijo de su padre. Y no digo esta frase por poner en entredicho el parecido físico o la paternidad de Robert Forster, miembro de la mítica banda seminal The Go-Betweens, sino por todo lo contrario: las canciones The Goon Sax tienen un ADN que lleva inconfundiblemente a Forster padre y su banda.
"We're not talking" afina todas las cualidades del trío de Brisbane. Es un disco repleto de canciones de corte pop lo-fi, tienen el encanto de la sencillez amateur con la particularidad de que las composiciones tienen una valía rítmica y melódica a prueba de los mejores grupos pop actuales. Las dos voces -la de Forster y la de Riley Jones, segunda parte del trío que completa James Harrison- funcionan a la perfección, juntas y por separado, y el rosario de canciones que se suceden a más o menos revoluciones ("Make time 4 love", "Love lost", "We can't win" o "A few times too many", por citar algunas, son fantásticas- nos traen recuerdos de cosas tan dispares como Jonathan Richman, Pavement, Papas Fritas y otros grupos de geografías y épocas dispares.
Muchos grupos se han visto inspirados por una banda tan grande -para tanta gente entre la que me encuentro- como The Go-Betweens, pero pocos (y ninguno a tan corta edad y con semejante proyección) han llegado a acercarse a su esencia como The Goon Sax. Es sin duda el inmenso poder del ácido desoxirribonucleico, que podremos ver desparramado por el aire de La Lata de Bombillas el próximo 4 de octubre. x Fernando SoYoung
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