9/10/18
"Journal 1887-1910" (Jules Renard)
Tercera parte. Años 1897-1900:
Tengo una imaginación retrógrada. Solo imagino el pasado.
No se ha matado porque sufriera demasiado, sino porque solo quería vivir con buena salud.
Cuando la pereza te hace infeliz, tiene el mismo valor que el trabajo.
Nuestra inteligencia es una vela expuesta al viento.
Ha muerto Alphonse Daudet. Te despedías de él, y te despellejaba a los ojos de los que se quedaban. Al llegar al pie de la escalera, ya te sentías completamente en carne viva.
La opinión pública, esa masa pringosa y peluda.
Sé nadar lo justo para abstenerme de salvar a otros.
El exceso de sátira es inútil: basta con mostrar las cosas como son. Ya son bastante ridículas por sí mismas.
A ti y a mí, cerdo, solo nos apreciarán una vez muertos.
Dios no cree en nuestro Dios.
Nuestra opinión es el término medio entre lo lo que le decimos al autor y lo que le decimos a sus amigos.
Me niego a saber lo que pueda pensar de los hombres de talento alguien que no lo tiene.
Nunca podrá usted hablar tan mal de mí como yo pensaría de usted, si pensase en usted.
En el fondo de todo patriotismo está la guerra: por eso no soy patriota.
Cuando veía a mi padre pasearse de una ventana a otra, encorvado, las manos a la espalda, silencioso, la mirada profunda, me preguntaba: "¿En qué estará pensando?" Hoy lo sé por mí mismo, porque me paseo como él, con su aire, y puedo responder con toda certeza: "En nada".
Prefiero ser maleducado que trivial.
Nuestra vanidad no envejece: un cumplido siempre es una primicia.
-¿Qué tal está usted? -le digo.
-¡Oh! Mejor.
-¿Así que ha estado enfermo?
Y ahora hay que fingir que te interesas por la salud de una persona que se encuentra bien, cuando la noticia de su muerte apenas te afectaría.
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