18/10/18
"The Delgados cuelgan el maillot amarillo" se publicó en So Young en junio de 2005.
La noticia de la disolución de este grupo escocés nos pilló un poco desprevenidos. Estábamos ya acostumbrados a sus discos bienales, sacados con tan poco ruido y expectación como aceptación y agrado. Cada disco de The Delgados siempre traía consigo canciones que añadir a tu lista de favoritas del otoño o primavera de ese año,y sus directos siempre eran una experiencia para saborear con delectación. Ahora que el horizonte ‘delgado’ se ha nublado, saboreemos los nombres propios que han llenado su apreciada biografía musical.
The Delgados, ese entrañable grupo escocés que homenajeó con su nombre a Perico (eran fans del ciclista y les pareció que el nombre sonaba bien) nos dicen adiós. Durante once años nos han hecho disfrutar de su indie pop urgente y divertido (al principio) y su querencia posterior a la orquestación y a sonidos más preciosistas y elegantes, con el denominador común en ambas facetas del cuidado de sus voces.
La banda, integrada por Alun Woodward (voz y guitarra), la cantante y guitarrista Emma Pollock, Stewart Henderson al bajo y el batería Paul Savage, se creó en 1994 en la ciudad de Glasgow. La parte masculina del grupo, amigos del colegio desde su infancia, ya habían estado en otro combo previo, llamado Bubblegum. Emma era amiga de la universidad de Paul Savage, quien le invitó a unirse al terceto.
En 1995 fundan su propio sello discográfico, Chemikal Underground Records (sello en donde militarían grupos como Bis, Mogwai o Arab Strap), y en ese mismo año publican su primer single, “Monica Webster”, recibido con buenas críticas por la siempre exigente prensa británica, llegando a ser single de la semana en la ya extinta Melody Maker. El mismo año editan el ep “Lazarwalker” en Radar Records, y en el curso siguiente telonean a grupos como Elastica, The Wedding Present o Sebadoh. También en 1996 editan en su sello los singles “Cinecentre”, “Under canvas under wraps” y “Sucrose”, estos dos últimos también presentes en el primer elepé de la banda, “Domestiques”, un entretenido disco de pop enérgico y desprejuiciado, de una veloz inmediatez, y que tuvo una gran aceptación. Entre sus fans se contaba el recientemente fallecido John Peel, que los calificó como la mejor banda británica del momento (en plena ebullición britpopera).
La continuación en largo a “Domestiques” tuvo por título otra referencia ciclista, “Peloton”, para el que se hicieron esperar dos años (1998). Con grandes canciones como “Everything goes around the water” o “Pull the wires from the wall”, el álbum volvió a ser otra fenomenal colección de canciones de pop independiente que hizo de puente entre su vena de pop directo y su posterior gusto por un tipo de canción más elaborada.
Además de en su inspiración, este disco tuvo algo más en común con su predecesor: las discretas ventas.
“The Great Eastern” (2000) fue su siguiente disco, y en el que ya se notó una evolución en la música del grupo escocés. Con el productor de moda del momento a los mandos de la grabación, Dave Fridmann (casi tan famoso como los grupos a los que produjo por la época, The Flaming Lips y Mercury Rev, triunfadores en estos años), la música de The Delgados amplió fronteras en cuanto a la concepción de su sonido, tornándose más grandilocuente y orquestal, con unas formas de mayor brillantez sónica sin perder el fondo del estilo de creación clásica del grupo. “American Trilogy”, “Accused of Stealing” o “The past you suits you best” fueron los estandartes de un disco mejor acogido por crítica y público.
“Hate” (2002), su cuarto álbum de estudio, y de nuevo con producción de Dave Fridmann, seguía las directrices de su predecesor “The Great Eastern”, cultivando un pop de estética elegante y letras cada vez más sugerentes, como demostraron los espléndidos momentos que nos depararon cortes como “The drowning years”, “Coming out from the cold”, “Woke from dreaming”, “The night before the land” o “All you need is hate”.
No hemos hablado de los directos, uno de sus puntos fuertes. La gira de “The Great Eastern” los reveló como uno de los mejores grupos del mundo en directo, con una perfección sonora y vocal que hacían de sus canciones en vivo auténticas experiencias catárticas. Quien estuvo en el Centro Cultural Matadero de Huesca en aquella gira sabe de qué hablo (inolvidable conjunción de los instrumentos de cuerda con guitarra, bajo y batería).
Y por fin este 2005, a sólo unos meses de la triste noticia de su disolución, nos llegaba su quinto trabajo de estudio, “Universal Audio”, un disco que de alguna manera autohomenajeaba los primeros tiempos del grupo con canciones un tanto más desvestidas de los ropajes fastuosos de orquestaciones y arreglos cuidados. El resultado volvía a funcionar para los oídos más exquisitos del pop con canciones para el recuerdo como “Is this all that I came for?”, “Keep on breathing” o “Everybody come down”, y un directo excepcionalmente bueno que quizá no podamos volver a degustar.
Un grupo que sin duda merecerá la pena recordar cuando echemos la vista atrás dentro de unos cuantos años. x Fernando SoYoung
0 comentarios:
Publica un comentario