2/11/18
"El día de la toma de la Bastilla, Luis XVI anota en su diario: 'Hoy, nada'".
"Nuestro pasado no es exactamente 'nuestro', ya que se ha perdido irrevocablemente. Pero tampoco es de los demás. No pertenece a nadie. Y por ahí andará el pasado, en tierra de nadie".
"Pasé en coche junto al pueblo de la costa donde veraneábamos. Al dar vueltas por las rotondas entre gasolineras, tiendas de artículos de baño y despachos de pizzas y hamburguesas, pensé que quizá me metería en un bucle del tiempo y sería proyectado de vuelta al pasado, a la luz estival donde vería..., donde vería... A ti, claro, con tus caprichos y tu fragilidad y tu inteligencia. Pero no sucedió. No fui proyectado. No vi nada más que neones y anuncios, bajo los que hormigueaba la gente vestida con camiseta, bañador y chanclas...
El pueblo irreconocible, degradado, como el recuerdo".
"'¡No te vayas!', te gustaría oír de vez en cuando; es lo que quisieras que te dijesen, y hasta lo que te salvaría: te quedarías".
"La vida es un péndulo que oscila entre los dos extremos, que son el sufrimiento y el aburrimiento. Cuando más padeces, menos te aburres. Cuanto más te aburres, menos sufres".
"Otra boda. Guirnaldas de luces en el jardín, y la casa también encendida como un incendio, como cuando el señor celebraba con mucha ilusión sus aniversarios.
Una ceremonia en el oratorio, con sus habituales promesas
y mentiras piadosas. Los novios, espléndidos de
juventud, elegantes. Que jóyenes dotados de educación
e inteligencia sigan sometiéndose a estos ritos tribales, a
estas pautadas, solemnes declaraciones de sometimiento
a la autoridad religiosa, familiar y administrativa como
si no supieran de qué va la cosa es algo que escapa a mi entendimiento".
"El
dolor proporciona un beneficio maravilloso: una dulcísima
sensación de alivio en el impredecible momento en el
que cesa. En esos ratos en que uno es consciente de que no
está padeciendo, siente beatitud y gratitud hacia la vida.
¿Qué filósofo dijo que la felicidad era la ausencia de dolor?
Epicuro o Schopenhauer, seguramente.
"A fuerza de coherencia y redundancia, uno va
subrayando su perfil y convirtiéndose en su caricatura".
"Me angustia oírle decir que me quiere mucho.
Y es que sé que se merece a alguien
mejor.
Pero por más que pienso no se me ocurre quién pudiera
ser mi sustituto: se me antojan todos unos botarates".
"Todo esto se debería organizar al revés: los jóvenes
han de disfrutar de una vida plenamente ociosa y
formativa hasta que cumplan los cuarenta años, que es la
edad aproximada en la que el hombre, ya hecho, formado
y malogrado, asume sin poder evitarlo y entre las angustias
de la famosa «crisis de los cuarenta» el conocimiento
de su condición mortal; a partir de entonces hay que
someterle a disciplinas laborales intensas e incluso extenuantes,
hasta el extremo de que cuando le dé tiempo a
pensar en la muerte le parezca una liberación, y le dé la
más gozosa bienvenida cuando llegue".
"La música es capaz de provocar viajes inmediatos
en el tiempo, época a época, a donde somos trasladados pero a condición de solo ver sombras movedizas y sin poder tocar nada. Sólo la música, especialmente la música grabada, que es propia y exactamente voz de fantasmas".
"Se van reuniendo en torno a uno cositas en las que uno
deja la leve muesca de su roce continuado. Cositas deslucidas
e íntimas cuya vida autónoma es inconcebible: las
gafas, la pluma, el reloj, la cartera, el llavero, la ropa y el
calzado característicamente deformados, como un molde
del cuerpo. ¿Y quizá también una dentadura postiza? ¿Y
una cajita plateada, con grageas de colores? Cosas para
hacer llorar a nuestros allegados cuando vuelvan de dejarnos
en el cementerio y se las vayan encontrando inesperadamente:
mis cositas, que ya empiezo a ver también como
si fueran póstumas.
Recomiendo a quien las encuentre que las tire todas
sin mirarlas dos veces a la primera bolsa de basura".
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