3/12/18
"Journal 1887-1910" (Jules Renard)
Quinta parte. Años 1904-1910:
Hombre sólido y fuerte como un armario... lleno de ropa sucia.
La traducción de "Es un hombre al que aprecio mucho" es: "¡Que lo zurzan!".
Si pensásemos en la suerte que hemos tenido sin merecerla no nos atreveríamos a quejarnos.
Un día creo en el progreso humano, lo reclamo con todas mis fuerzas; los otros seis días, descanso.
El feminismo es no contar con el príncipe azul.
Confieso que soy un sectario y no respeto lo que me parece idiota.
La juventud es la ignorancia, y ahora sé, mejor que a los veinte años, que no sé nada.
Le han tenido que amputar una pierna. Como en el cementerio dispone de la concesión por treinta años de su suegro, ha hecho dejar ahí la pierna. No es que tenga ya un pie en la tumba: tiene una pierna.
La vida no era precisamente alegre, pero la religión ha hecho de la muerte una cosa terrible y absurda.
Me paseo por el interior, por mi lago de tedio. Doy alegres paseítos.
Solo me preguntan qué tal estoy para tener derecho a contarme sus desgracias.
Quizá el mayor logro de Dios sea el gato, que duerme veinte horas de cada veinticuatro.
Saboreo la alegría áspera del espléndido aislamiento.
La vida es corta, pero el aburrimiento la alarga.
La simpatía suele producirse entre dos vanidades que aún no se han contrariado.
Los campesinos no envidian al dueño del castillo, sino al vecino que ha triunfado.
Lo has leído todo, pero ellos han leído un libro que tú habrías debido leer, y eso les da una superioridad que anula todas tus lecturas.
Un hombre con carácter no tiene buen carácter.
Un ventana que dé a la calle es mejor que un teatro.
Muy criticado, Dios se defiende con el desprecio, sin responder.
Estoy decidido a no creer que envejezco: es una cuestión de vida o muerte.
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