40 discos internacionales Lo que debo recordar de 2019

27/12/19

21 Strand of Oaks: "Eraserland".
Timothy Showalter es el hombre detrás de Strand Of Oaks y de este magnífico disco de rock clásico de belleza estelar titulado "Eraserland". Porque canciones con la carga emocional de "Keys" te pueden dejar petrificado en el sitio. O porque otras como "Final fires" te pueden levantar el día y ponértelo de sombrero. Y también por "Ruby", "Moon landing", "Weird ways". Mucho por lo que brindar.

22 Lower Dens: "The competition". 
Jana Hunter, cantante de Lower Dens, sigue hipnotizando como ya hiciera en (¡hace cuatro años ya!) "Escape from evil". En este "The competition", la banda de Baltimore sigue entregando unas canciones poderosas donde el synth cobra especial protagonismo. Sus canciones tienen fuerza y misterio, elegancia y profundidad, cualidades que Lower Dens atesoran desde siempre.

23 Andrew Bird: "My finest work yet".
Andrew Bird me entró por el ojo derecho desde que lo conocí (y ya hace mucho de eso). Quizá sean sus distintivos silbidos -aquí ya en la primera canción, "Sisyphus"-, sus entrañables sonidos de cuerda, esa especie de cercanía que crea con su música. Sea lo que sea, su nuevo "My finest work yet"  me vuelve a sonar exuberante, detallista, franco, espumoso. Un hechizo-flechazo.

24 Longwave: "If We Ever Live Forever".
Después de muchos años, once concretamente, vuelven Longwave, otra de esas improbables resurrecciones que hay que celebrar. "If we ever life forever" es su quinto disco largo, donde la banda neoyorquina demuestra por qué en su día atrajeron la atención de productores como Dave Fridmann y John Leckie: voz poderosa, guitarras afiladas y composiciones con mucho gancho melódico.

25 Black Marble: "Bigger than life".
Qué bien suena este "Bigger than life" de Black Marble. El dúo neoyorquino ya no es dúo. Chris Stewart se ha quedado solo, pero parece que le ha sentado muy bien, porque su synth pop que mira directamente a los ojos de -cómo no- los ochenta, brilla con un resplandor inusitado en temas como "Shoulder", "Never tell", "Feel", "One eye open" y "Never tell". Una gozada.

26 Agent Bla: "Morning Thoughts".
Con "Colors of the dark", Agent Blå cogen carrerilla y ya no dejan de soltar pequeños hits siempre circulando entre el dreampop y el post punk, hasta hacer de "Morning thoughts" una de las mejores noticias discográficas que nos han llegado de la inagotable cantera escandinava, concretamente de Gothenburg (Suecia). Indie del de antes, puro, certero, directo y nostálgico.

27 Robert Forster: "Inferno".
El siempre elegante Robert Forster vuelve con uno de sus estupendos discos imperfectos -por poco en este caso-. Mucho gusto de conocerle y seguir escuchando sus canciones. Su nuevo "Inferno" saca una nota alta por su gran porcentaje de aciertos marca de la casa: "No fame", "The morning" (qué bonita), "Life has turned a page", el precioso broche final "One bird in the sky". Enorme.

28 Capitol: "Dream noise".
Capitol van desde el punk de los setenta, pasando por el post punk y la new wave de los ochenta hasta el indie rock actual, y "Dream Noise" captura las mejores esencias esas décadas en once temas eclécticos donde destacan canciones como "Queenstown", "Never been to Paris", "Guest house", "In ceremony" y "Saint of nothing", todas con un inapelable gancho melódico e instrumental.

29 Midwinter Bonfire: "Kaji Island".
Midwinter Bonfire es el nombre elegido por Jasper Boogaard para su proyecto synth pop. "Kaji Island" es un álbum apocalíptico de bichos raros sobre la amistad perdida y los arrepentimientos. El disco es un producto del obsesivo juego de Boogaard con los sintetizadores y la inspiración de las vacaciones de verano de la infancia y de los libros de Tove Jansson sobre los Moomins.

30 Desperate Journalist: "In search of the miraculous".
Es encomiable la lucha por Jo Bevan y sus compañeros de Desperate Journalist por mantenerse en el difícil mercado británico del pop. En su tercer disco, "In search of miraculous", vuelven a hacer lo que mejor saben: estribillos y guitarras entre la épica y la sensibilidad ("To be forgotten", "Ocean wave", "Cedars"). No hay hits que los encumbren, pero sí un disco coherente y muy disfrutable.

31 The Ballet: "Matchy Matchy".
 Seis años han pasado desde su anterior disco, pero la espera se ha olvidado rápidamente al escuchar este gran "Matchy matchy". El dúo The Ballet ha facturado todo un precioso tratado de indie-synthpop con una sensibilidad exquisita en las melodías que nos han transportado a los tiempos en que, con The Magnetic Fields, Stephin Merritt enamoraba a golpe de tecla. Bonito es. Y mucho.

32 La Bien Querida: "Brujería".
Es indudable que La Bien Querida está en un momento álgido de su carrera. Es la voz invitada de moda para multitud de artistas, y sigue sacando discos casi anualmente sin que se resienta su nivel de prestigio y calidad. "Brujería" sigue conteniendo letras de desamor cada vez más reconocibles, y musicalmente exprime las mejores cualidades de sus diferentes facetas pasadas.

33 Pernice Brothers: "Spread the feeling". 
Como Joe Pernice ya me ganó el cielo hace muchos años, recibo sus discos sin la difícil pretensión de volver a llegar tan alto, pero con la seguridad de quien se va a encontrar algún nuevo pequeño tesoro. Así, el nuevo disco de Pernice Brothers tras nueve años de sequía, "Spread the feeling", emociona como el que ve tras mucho tiempo a un viejo amigo: alegría presente por un pasado glorioso.

34 Crane Like The Bird: "Crane Like The Bird".
"Crane like the bird" (el proyecto de Kyle Crane) es un disco que combina el intimismo de medios tiempos y la nostalgia agridulce acelerada. En él sobresalen "Nicole", "Mendocino" y "Wishing cap". Y no se nos olvidan las voces amigas que colaboran: Conor Oberst (Bright Eyes), Luke Steele (Empire of the Sun, Sleepy Jackson), M. Ward, Sabina Sciubba y Brad Melhdau.

35 The Ocean Blue: "Kings And Queens Knaves And Thieves".
Que The Ocean Blue sigan en activo y en plena forma en 2019, es una noticia que hace años habría sido impensable. Pero aquí están dando continuidad a aquel gran "Ultramarine" con su nuevo "Kings And Queens / Knaves And Thieves" (2019), otra colección deliciosa y elegante de pop clásico, lumínico. Como si no hubieran pasado treinta años desde su debut. Brillantes.

36 Ladytron: "Ladytron".
Hay reencuentros que son como bofetones de realidad o badinas de agua fría que te dejan claro que ni ellos ni tú sois lo que erais. Con Ladytron nada de esto me ha pasado. Escuchar "Tower of glass", "Figurine", "The mountain", "Run", "You've changed" y buena parte de su álbum "Ladytron" es un subidón que los pone cerca de sus más vibrantes tiempos de principios de este siglo.

37 Beirut: "Gallipoli".
El respeto, cariño y admiración que me causó un buen día Zach Condon con esa idea musical llamada Beirut no se desvanecerán por un mal disco. Este, "Gallipoli" no lo es, y basta con que vuelvan a sonar esas trompetas y otros magníficos instrumentos en "When I die", "I giardini", "Family curse", "Gallipoli" y "Fin" para seguir enamorado de este pop tan personal, especial e intransferible de Beirut.

38 Los Directivos: "Yo inventé la clase media".
En 2010 hicieron ruido con su "Por amor y jerarquía",  y aquí llegan nueve años después Claudio McKinsey e Iñaki Andersen con "Yo inventé la clase media". Como no podía ser de otra manera, un álbum irregular que se viene arriba y toca techo con "La derrota ortodrómica", "Wolframio y tungsteno", "Vichy catalán" y "Lo mío y yo". Frescos por diferentes, diferentes por frescos.

39 Rocketship: "Thanks to you".
Rocketship vuelven a la palestra con nuevo disco, "Thanks to you". Hoy su música sigue coloreando una paleta llena de psicodelia sixtie, twee y toques dreampop. Como unos Stereolab vintage sin desvaríos sónicos, canciones como "City fair", "Outer otherness" y, sobre todo, la enorme "A terrible fix" nos traen a unos Rocketship que no han perdido ni un ápice de su inquietud musical.

40 Balthazar: "Fever".
Tras dos álbumes con Warhaus que dejaron un excelente sabor de boca tanto en disco como en directo, ese elegante perro verde que es el belga Maarten Devoldere vuelve con Balthazar en "Fever", y nos conquista de nuevo con sus seductoras composiciones. Irregular y arrollador, así es Maarten, un irresistible anticrooner capaz de alcanzar destellos como "Wrong vibration". Cómo le queremos.

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