22/1/21
"El hombre está organizado de manera que no le hacen mella los peligros más que cuando están muy cerca. Decirle 'morir tenemos' al que está, por el momento, sano, es como decirle al gastrónomo que se halla en funciones de engullir que existe la gota, la apoplejía y el catarro gástrico.
Tenemos la bella inconsciencia de no asustarnos de las desdichas más que cuando las tenemos encima. Si no fuera por eso, la vida sería insoportable. Al menos a mí el '¡Hermanos, morir tenemos!', que creo oír en el tañido de la campana me deja sonriente y tranquilo; en cambio, el '¡Hermano, sufrir tenemos!', ese me alborota y me pone tembloroso".
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