Gigolo Aunts Miradas al pasado (22)

12/1/21

Concierto de Gigolo Aunts en La Casa del Loco, 21 de mayo de 1998
Reseña publicada en El pez que todo lo ve (junio de 1998)

Los Gigolo Aunts son uno de esos casos que sorprenden por extraños dentro del mundo del rock. Responsables de uno de los discos más celebrados y prometedores de 1993, “Flippin’ Out”, sus posteriores noticias han brillado lamentablemente por su ausencia en cinco años en los que en el mundo de la música han pasado demasiadas cosas. Aquel año cuatro jóvenes salieron del campus de Boston tras sonar insistentemente en las radios universitarias rumbo al negocio musical con unas canciones que les colocaban en una posición de alumnos aventajados de Big Star o The Byrds y de hermanos juveniles y esperanzadores de bandas que por entonces disfrutaban de sus mejores tiempos como The Lemonheads, Buffalo Tom, The Posies o Velvet Crush. La apuesta parecía fuerte pero, por causas por aquí desconocidas, la estrella de Gigolo Aunts (nombre que proviene de una canción de Syd Barrett) se fue apagando. Y de repente, aquí los tenemos en uno de esos excitantes conciertos que a menudo CHF Producciones tiene a bien regalarnos en La Casa del Loco.

Los cambios en la banda desde sus comienzos han sido importantes: como integrantes primigenios sólo queda el núcleo compositivo de la banda, el cantante y guitarrista Dave Gibbs y el bajista Steve Hurley (ya no están Paul Browner y Phil Hurley, sustituidos ahora por Fred Eltringham y Jon Skibic) y su primer sello Fire Records no es el que acaba de editar “Learn to play guitar” (Wicked Disc), su trabajo más reciente. Nuestra incredulidad de tenerlos tan cerca pronto fue borrada por un aluvión de estribillos de una efectividad melódica a prueba de bombas y un sonido aplastante que desde el principio embelesó tanto a los desconocedores de su música como a sus seguidores. Y por descontado que el corsé que se les había colocado en los carteles de promoción de ‘power-pop’ se les quedó pequeño ante tal cascada de guitarras vitamínicas, voces y coros eficaces y melodías resultonas que fueron desde sus grandes temas antiguos (“Cope”, “Where I Find My Heaven”) a su último material (“Kinda Girl”, la espléndida “Sway”) pasando por dos versiones (no fueron las únicas partituras prestadas pero sí las mejores) que se metieron la simpatía de todos en el bolsillo : “Kid” (Pretenders) y “Ask” (Smiths).

Por si no ha quedado suficientemente claro el impacto causado en esta audiencia a la que tanto agradecieron su entrega, decir que los Gigolos tuvieron que hacer hasta ¡3 bises!, lo cual, conociendo el modus operandi y cualquier otro modus de la afición musical de esta ciudad, habla por sí solo (también el que agotaran todas las camisetas del stand del grupo) del éxito de Gigolo Aunts en Zaragoza. Ahora sólo nos toca saborear con la memoria lo escuchado y visto esta noche, porque haciendo cálculos el próximo concierto internacional motivador toca más o menos en septiembre. Pero con un nivel como el de estos bostonianos cualquier espera vale la pena. x Fernando SoYoung

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