"Diario" (André Gide) Subrayadas (144)

24/10/22

Se puede, pues, decir esto, que entreveo, y que sería una sinceridad al revés (del artista): Debe, no contar su vida tal como la ha vivido, sino vivirla tal como la contará. Dicho de otra manera: que su retrato, pues eso es lo que será su vida, se identifique con el retrato ideal que anhela; y, más sencillamente: que sea como quiere ser.

Cada año, cuando vuelvo a ver mi jardín, el mismo desengaño: desaparición de las especies y de las variedades raras: triunfo de las comunes y mediocres. «Supresión de los casos mejores… dominio inevitable de los tipos medios, e incluso de los que están por debajo de la media», decía Nietzsche «anti-Darwin». […]

Querría, en respuesta a todos los requerimientos de los pelmazos, enviar una tarjeta impresa en la que, debajo de mi nombre, se pudiera leer: «trabaja y ruega encarecidamente que se le deje en paz por un tiempo»; y luego, «saludos distinguidos».

Uno se pregunta, al ver ciertos libros: ¿Quién puede leerlos? Al ver a ciertas personas: ¿Qué pueden leer? Y finalmente, encajan.

Que un rico pueda declararse a favor del comunismo, he aquí lo que sorprende a F. V. Lo encuentra cómico. No lo puede creer. A mí me sorprende mucho más que un rico pueda declararse cristiano.

Me aferro a este cuaderno, como a menudo lo he hecho, por método. Un método que antaño me servía. El esfuerzo que de ese modo intento me parece comparable al del barón de Münchhausen que se saca del pantano tirándose a sí mismo del pelo. (Seguramente ya he usado esta imagen.) Lo admirable es que lo consigue.

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