"El chico más bello del mundo" Tocinillo de cine (56)

22/2/23

Es un amargo y frío día de febrero de 1970. El director de cine Luchino Visconti está de camino a Estocolmo. Una de las figuras más excepcionales del cine, conocido por su arte y su linaje. Es de la nobleza del norte de Italia. Es comunista, pero tiene sirvientes. Y es abiertamente gay. Visconti está fuera, buscando la belleza pura, la perfecta belleza de un niño que será el protagonista de su próxima película. Ha viajado años, buscando en Hungría, Polonia, Finlandia, Rusia. En un lujoso apartamento, al lado del hotel Grand en Estocolmo, se reúne un grupo de chicos con mucha expectación. La puerta está a punto de abrirse. El niño detrás de la puerta todavía no sabe que su vida está a punto de cambiar. Su cara se convertirá en un símbolo en todo el mundo. "Quédate quieto, no más palabras duras. No queda mucho de mí. No llores por mí. Ya no hay fuego que apagar. Ya no tengo un sentido de lo que soy y lo que no soy. Miro alrededor, ¿ese soy yo? ¿O ese?"
"Me estoy volviendo cada vez más invisible. He dado todo lo que tengo. Pero no voy a morir. Lo que queda: una puerta. No muero, solo desaparezco. Tal vez me vuelva a despertar. Entonces volveré a buscarte".

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