La varita mágica les señaló a ellos como elegidos, y con su primer disco se hicieron muy famosos. Y de una forma aparentemente sencilla: bastó un piano, una buena voz y unas melodías tan sencillas como prodigiosas. A la estela de ese álbum, Keane son -y serán- un grupo con gran destreza para las canciones de puño en alto y bandera melancólica, con muy buenos giros dentro de unas canciones con estribillos diseñados para perdurar. Difícilmente harán discos para la historia, pero si en cada uno de sus álbumes –y no es excepción este “Perfect Symmetry”, que mira hacia la década de los 80 sin rubor- incluyen canciones como “Better Than This” (qué bien sabe recordar a Bowie), “Again & Again” (otra vez la sensación personificada de la perfección pop en su versión azucarada), “Black Burning Heart” o “Perfect Symmetry” (ambas, magnificentes, podrían haber estado sin duda en “Hopes And Fears”), nuestra adhesión incondicional está garantizada. Keane podrían tener su propia película estilo “Once” porque están, todavía, muy por encima de la media, y sus canciones se sostienen desde el esqueleto hasta el aire. x Boletus
Si ocurriese como en la película “28 días después” y un virus asolase la ciudad, los infectados fueran violentos y tras agonizar, comenzásemos una nueva etapa sin memoria musical pero con un sólo disco y ese fuera este “Perfect Symmetry”, y además sólo nos quedasen ellos como último reducto, resultado de su masiva presencia en medios y tiendas, no sabemos si lloraríamos... o lloraríamos, por la pérdida del acervo musical anglosajón. Ahora las discográficas ya no atomizan el producto, se lo juegan todo a uno, divagan como ludópatas suicidas. En esta “perfecta mimetía”, no hay malas canciones, sino un tributo a los ochenta, que lo podía haber titulado así: “Plagiamos a las bandas que oíamos por la radio”. “Lovers are losing”, suena a Bono y compañía, “Better than this”, al Bowie de “Let’s Dance”, “You Haven’t Told Me Anything” al Robert Palmer más oscuro, y podríamos seguir. A los grupos de hip hop les obligan a poner los samples que utilizan. Keane deberían expresar explícitamente qué canción querían copiar. x Simón Zico
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La varita mágica les señaló a ellos como elegidos, y con su primer disco se hicieron muy famosos. Y de una forma aparentemente sencilla: bastó un piano, una buena voz y unas melodías tan sencillas como prodigiosas. A la estela de ese álbum, Keane son -y serán- un grupo con gran destreza para las canciones de puño en alto y bandera melancólica, con muy buenos giros dentro de unas canciones con estribillos diseñados para perdurar. Difícilmente harán discos para la historia, pero si en cada uno de sus álbumes –y no es excepción este “Perfect Symmetry”, que mira hacia la década de los 80 sin rubor- incluyen canciones como “Better Than This” (qué bien sabe recordar a Bowie), “Again & Again” (otra vez la sensación personificada de la perfección pop en su versión azucarada), “Black Burning Heart” o “Perfect Symmetry” (ambas, magnificentes, podrían haber estado sin duda en “Hopes And Fears”), nuestra adhesión incondicional está garantizada. Keane podrían tener su propia película estilo “Once” porque están, todavía, muy por encima de la media, y sus canciones se sostienen desde el esqueleto hasta el aire. x Boletus
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