5/3/10
The Boo Radleys: “Kingsize” (Creation/Sony, 1998).
Martin Carr siempre ha parecido poseer un inagotable cerebro creador, y escuchar sus canciones es como admirar un paisaje en la país de los inventos, siempre hay un nuevo color, una nueva visión, una nueva experiencia. Y no es que los Boo Radleys estuvieran en otro planeta musical, no, estaban en éste, con los Beatles y los Beach Boys en los cuadros de su habitación sonora, lo que pasa es que supieron sacarle partido en los noventa como nadie. En “Kingsize” (que fue el último álbum que publicaron antes de su separación) seguían conjugando clasicismo con gotas de riesgo sónico y puenting instrumental. En él hay alimento energético para todos: para los exigentes de la melodía autoadhesiva y el arreglo fragante (“Eurostar”, “Kingsize”, la preciosa “Comb Your Hair”), para los que gustan de doblar la esquina burbujeante del pop (“Adieu Clo Clo”, el ritmo prodigyoso de “Free Huey”, “High As Monkeys”), hasta para los que se entregan con pasión a una de las especialidades de Carr: aquello de 3 canciones en 1 (las apabullantes “Blue Room In Archway” o “Monuments For A Dead Century”). Generosos en minutaje y talento, ser fan de The Boo Radleys era y es como el ‘ring-shaped cake’ de San Valero: siempre hay premio. x Fernando SoYoung
Martin Carr siempre ha parecido poseer un inagotable cerebro creador, y escuchar sus canciones es como admirar un paisaje en la país de los inventos, siempre hay un nuevo color, una nueva visión, una nueva experiencia. Y no es que los Boo Radleys estuvieran en otro planeta musical, no, estaban en éste, con los Beatles y los Beach Boys en los cuadros de su habitación sonora, lo que pasa es que supieron sacarle partido en los noventa como nadie. En “Kingsize” (que fue el último álbum que publicaron antes de su separación) seguían conjugando clasicismo con gotas de riesgo sónico y puenting instrumental. En él hay alimento energético para todos: para los exigentes de la melodía autoadhesiva y el arreglo fragante (“Eurostar”, “Kingsize”, la preciosa “Comb Your Hair”), para los que gustan de doblar la esquina burbujeante del pop (“Adieu Clo Clo”, el ritmo prodigyoso de “Free Huey”, “High As Monkeys”), hasta para los que se entregan con pasión a una de las especialidades de Carr: aquello de 3 canciones en 1 (las apabullantes “Blue Room In Archway” o “Monuments For A Dead Century”). Generosos en minutaje y talento, ser fan de The Boo Radleys era y es como el ‘ring-shaped cake’ de San Valero: siempre hay premio. x Fernando SoYoung
1 comentario
joer !
tuve suerte de verlos en directo teloneando en la ribera a suede, me encantaron, pero claro estaba pendiente de los de brett ( por cierto qaue viene al sonorama!).
los boo,y sobretodo este disco, son grandes de la leche. kingsize con sus trompetas me pone la piel de gallina, no sé como no fue single.....esta claro que fallaban en muchas cosas estos tios....si no, mira ahora que se sabe de los 3 ó 4 discos en solitario del guitarra...
me acuerdo que se lo dejé a Beto, y flipó tb.
curiosisdad: las trompetas de keep us together de Silent ( canción pop del año según el fantasma de los ojos azules) se inspiraron en las de lazarus, así se llamaba el tema de los boo?
discazo y temazos: blue room, y kingsize para mi.
un saludo!
curri
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