Mike Oldfield, bajista vagabundo Postales desde el asilo (49)

6/3/14

“Kevin Ayers fue amable conmigo y me llevó bajo sus alas por un tiempo. No musicalmente, sino como actitud ante la vida”. (Mike Oldfield)


Con solo diecisiete años, el joven Michael, como le llamaban sus amigos de The Whole World, andaba en pleno desconcierto. Se había formado como guitarrista, de manera autodidacta, buscando un camino para ser libre. Pero apenas tenía dinero para alquilar un piso, vivir el día a día, comprar algo para echar en la cazuela. Era prácticamente un vagabundo que se movía de piso en piso de Londres y buscaba encontrar una inspiración para encontrar su propia voz, su propio sonido. Necesitaba encontrar su sustento, su manera de sobrevivir, y cómo no, el hachís y el LSD se cruzaron en su camino, aumentando sus capacidades y descubriendo mundos escondidos, pero también convirtiendo sus inseguridades psíquicas, sus demonios, en terribles monstruos.

Oldfield encontró a Kevin Ayers, que buscaba un bajista para su banda, y de inmediato le gustó aquel tipo, con el cual descubrió lo que significaba ser vagabundo junto a otros músicos que podían convertirse en amigos, el alcohol como vía de escape y celebración de la vida (Ayers permanentemente estaba junto a una botella de vino). Oldfield no era un bajista; era un guitarrista que tocaba el bajo, que intentaba crear melodías con un instrumento no destinado a ello. Ayers era un espíritu libre, sólo encadenado (y tan contento por ello) al vino, la alegría de vivir y al no tomarse la vida demasiado en serio. Junto a él, el saxofonista Lol Coxhill o el vanguardista de los teclados, David Bedford. Y con el tiempo, William Murray, Willy para los amigos, otro espíritu libre.

Todos ellos formaron, desde entonces, parte de Oldfield, decisivos para abrirle camino. Ayers le prestó su grabadora, en la que el joven Oldfield, escaparía por un rato de sus monstruos creando el refugio musical y exorcismo de monstruos interiores. Con esa grabadora se origina la maqueta de 'Tubular Bells'. Bedford se convierte en guía y maestro de formas musicales que Oldfield asimila. Murray será el amigo que le trata de igual a igual. Todos ellos son un refugio para el crear el refugio abstracto, la música.

Todos ellos ya han desaparecido. Ya no existen Ayers, Bedford, Murray. Se han desvanecido en el aire. Quedan las grabaciones de Kevin Ayers & The Whole World. Queda el superviviente Oldfield, que escapó un poco de sus monstruos gracias a ellos, porque ellos pasaron a formar parte de él, a ser parte de Mike Oldfield. Ellos son también Mike Oldfield. Este legendario músico británico tiene ahora 60 años.

Y la música sigue estando ahí, en alguna parte. x Sergio Casado


El nuevo álbum de Mike Oldfield, “Man on the rocks”, está disponible en España desde el 4 de Marzo 2014.

0 comentarios: