Iberos emergidos A vuela escucha (30)

10/11/14

Un grupo aragonés, un andaluz, un navarro y un catalán, cantando en inglés, castellano y catalán. Los grupos ibéricos tienen sabor variado y a menudo exquisito. x Fernando SoYoung

Bigott ya lleva unos cuantos discos, con un nivel medio bastante alto. Cantidad y calidad es algo que no abunda en España, y Bigott, como buen rara avis que es, nos lo ofrece en bandeja bizarra y con su inglés para zurdos. Tampoco se repite en exceso de un disco a otro, solo en las gotas justas para reconocer que es él. Y eso es otro mérito. En "Pavement tree", su nuevo disco, dicen que se parece a Beach House, altísima referencia. Podría ser. El caso que, curiosamente, para mí sus mejores canciones son las dos primeras y las últimas del disco. Las dos primeras, "Pavement tree" y "Baby Lemonade", cadenciosas, hondas, reflexivas y muy bonitas. Y las dos últimas, "Paper kane" y "Play" más rítmicas y animadas. Entre medias, diez canciones más que completan un disco que seguro figurará entre los más destacados de su discografía, que ojalá sea tan larga como apunta este insólito talento de Zaragoza.



En la biografía del grupo Royal Mail encontramos este baile de etiquetas con mayúsculas: "Los granadinos agrupan las características de una nueva tendencia al mezclar la atmósfera de la música Dream Pop, con los largos pasajes instrumentales del Space Rock y la rebeldía del Pop-Rock Alternativo. Todo dentro de un enfoque estético Lo-Fi, con el que logran dar un sonido auténtico a sus grabaciones y a su directo". Como contrapunto antitécnico a esta descripción, puedo decir que Royal Mail han hecho un disco de pop muy bueno. "Royal game" tiene una producción muy cuidada, como demuestran los sugerentes sonidos que conforman "Hunting's cruel", aérea y misteriosa, posiblemente la mejor canción del lote. Una brillantez que también asoma con suficiencia en "Majesty", "Royal game", "I can't follow" y "A place beyond the stars", unas más dreampop o spacerock que otras.



"On és la màgia?" preguntan o se preguntan La Iaia en el título de su segundo disco. Pues es difícil encontrar la respuesta, aunque dentro de su propio disco -lo han puesto fácil para este comentario- encontramos magia de sobra. Curiosamente, esta vez en su biografía encontramos esto: "Estilísticamente, nos cuenta ponernos etiquetas, y de hecho no nos importa demasiado no hacerlo. Podríamos decir que basamos la música en las canciones y la fuerza del trío en directo". Pues no pongamos etiquetas, solo sensaciones, y las que provocan canciones como "L'accident" son muy gratas, sensaciones cálidas, de un romanticismo expansivo. No solo esa canción, también son particularmente atractivas otras como "El meu gos se'n va", "L'ós", "El cicle" y "On ets Matilda", canciones empapadas de ensoñación que se erigen en picapedreras de todas las duras capas protectoras del corazón.



Por último, los únicos de este pequeño lote de iberos que cantan sus letras en castellano. Tremenda Trementina son Adriana y Pablo, y como reza su canción-himno más contagiosa y adictiva, tienen "Sangre pop". ¿Qué dice su biografía? Que "Tremenda Trementina, como el gato, son capaces de saltar por la ventana para perseguir un haz de luz, más cerca de un instinto que de una habilidad". Sin etiquetas, porque la suya está clara. Pop. Directo, resplandeciente, en la línea de los grandes grupos con voz femenina de finales de los ochenta y principios de los noventa. Pero no todo es euforia en sus canciones. A a la sombra de un ciclón como "Sangre pop" también está la tormenta pasional de "Volver a caer", y las diferentes marchas e intensidades de canciones como "Bendiciones", "El retorno", "Frío" y "La calle del rencor". Un regreso que mejora sobradamente su primer EP de hace dos años.

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