"Girls in Peacetime Want to Dance". Mi reconciliación con Belle & Sebastian

25/1/15

Como tantas veces hemos intuido, quizá todo tenga que ver con las expectativas. En el anterior disco de Belle & Sebastian, "Write about love", esperaba encontrarme a los grandes B&S de sus comienzos y no los encontré. Y ahora que los creía perdidos y no esperaba gran cosa, me encuentro que "Girls in Peacetime Want to Dance" tiene muchas cosas que los reconcilian con su pasado lejano, o más bien me los reconcilian a mí.

Y quizá tenga que ver el reciente visionado en Las Armas de la encantadora película de Stuart Murdoch "God help the girl". O que haya escuchado este nuevo disco en enero, mes de propósitos de vidas nuevas (que por supuesto nunca lo son). El caso es que el disco empieza bien con las notas de piano "Nobody's empire" (1), una canción dulce que de puntillas va quedándose en la piel con cada escucha. Con "Allie" (2) la cosa empieza a pintar bien. Esta sí, una canción de las de siempre, con un balance perfecto entre la música, rítmica y optimista, y una letra que no lo es tanto ("When there's fun in your mother's house, you want to cry yourself to sleep"). Con la número 3 y single de adelanto al disco, "The party line" (3) llega el aviso de que los escoceses no quieren hacer un álbum lineal y previsible, con una canción de ritmo bailable que a mí no me dice nada pero que ha tenido buena acogida. "The power of three" (4) tiene un comienzo muy bonito y evocador, está cantada maravillosamente por Sarah Martin y toda la instrumentación de cuerdas suena a las mil maravillas. Es una canción-tipo de ese softpop que tan bien se les da. Con "The cat with the cream" (5) llega el otro lado recurrente de Stuart, el melancólico, al que sucede el cambio más sustancial del disco y quizá del grupo, "Enter Sylvia Plath" (6), una canción al más puro estilo eurodisco que Belle & Sebastian llevan a su terreno con coros, instrumentación intercalada de vientos y hasta un mini spoken word, quedándoles una canción más que interesante de casi siete minutos, y desde luego con la que apetece más bailar que con "The party line". Primera mitad del disco notable.
"The Everlasting muse" (7) tampoco deja indiferente. Empieza con el bajo dominando el tempo de la canción, y cuando parece que esta toma una senda algo sosa aparece un estribillo en el que parece que va a aparecer Zorba El Griego y sus amigos cogiéndose por los hombros unos a otros. Extraña, pero hasta esta canción resulta. Y por si había alguna duda de que Belle & Sebastian han querido hacer un álbum ecléctico ahí está "Perfect couples" (8), también mezclando su viejo estilo y nuevas miras sonoras (aunque quizá sea la canción más floja del disco). En un balance perfecto en el orden de las canciones, "Ever had a little faith?" (9) es otra delicia sosegada y bonita al más puro estilo clásico B&S. Delicadeza, sensibilidad y violines. "Play for today" (10) es otro de los grandes aciertos del disco -si no el que más-, canción ambiciosa (siete minutos y medio, ahí es nada), adhesiva e hipnótica en los teclados, con un precioso dueto de Stuart Murdoch con Dee Dee Penny de Dum Dum Girls y un bonito final casi en bucle. Se hace corta, no digo más. En "The book of you" (11) vuelve Sarah Martin a coger el micrófono y vuelve a salirles una canción impecable, con un estribillo pop clásico y certero. El final, "Today (this army's for peace)" (12) es un medio tiempo correcto y agradable de los que tantos grupos utilizan para cerrar álbumes.

Total. Que no se puede acusar a Belle & Sebastian de hacer un disco complaciente, y dentro del riesgo importante que es hacer un álbum que sobrepasa la hora, han estado bastante inspirados. Y aunque para los más puristas fans del grupo y de "If you're feeling sinister" pueda seguir sin gustarles los últimos Belle & Sebastian, para mí este "Girls in peacetime want to dance" es claramente mi disco de reconciliación con ellos y con su música. x Hugo Sogas

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