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20/4/15
Ayer arrancó la serie de conciertos Bombo y Platillo para la primavera de 2015, y lo hacía con dos artistas muy diferentes. Diferentes entre ellos, y diferentes de la mayoría (como suele ser habitual en este ciclo).
Salió Minerva a escena envuelta en un silencio imponente, pero pronto lo llenó con su voz y su guitarra eléctrica, los dos elementos que integran su música y que se complementan a las mil maravillas. "Fotos ardiendo" y "En un rincón" fueron dos de los momentos más atractivos de un repertorio que nos sumió en una hipnótica burbuja eléctrica gracias a sus notas afiladas y a su voz envolvente, culminando su set con una magnífica versión de la espectacular "Flatlands" de Chelsea Wolfe. Minerva estuvo en el pasado en el grupo Bronski, y en 2013 sacó su disco "Todo lo contrario", con el que sigue intentando abrirse paso en el intrincado mundo de la música. Su propuesta sin duda merece más atención.
Norberto Lobo es un guitarrista portugués con un bagaje importante de discos y experiencia a sus espaldas. En la noche de ayer, pudimos comprobar cómo cada una de sus piezas instrumentales era un camino sinuoso que tan pronto avanzaba con notas melódicas como se adentraba en desarrollos de onírica abstracción, una perfecta simbiosis entre clasicismo y vanguardia. Lo cierto es que había momentos en que seguir la velocidad endiablada de sus dedos sobre las cuerdas era tarea tan hercúlea como placentera. Un músico tan admirable como valiente en sus planteamientos y tan humilde como excepcional en su expresión corporal. Un guitarrista de una indudable y portentosa destreza.
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