3/6/09
Mi primer encuentro con Grandaddy fue en 1997 cuando adquirí “Under the Western Freeway”, tras haber sido seducido por una entusiasta reseña en la prensa especializada. Esta actitud quijotesca a la hora de comprar discos ha provocado que haya reducido considerablemente el espacio libre en mi mobiliario, pero en algunos casos, esa suerte de cita a ciegas ha funcionado. Los californianos, con esas melodías psicodélicas de juguete y esas guitarras herederas del indie americano de los 90 llamaron mi atención; pero fue ese excelso coqueteo con el shoegazer llamado “Laughing stock” el que definitivamente prendió la llama.
Desde entonces, los siguientes trabajos han seguido ocupando el lado bueno de mi estantería. Sin ser esenciales, son reconfortantes, llenos de pequeños momentos repletos de magia:
"The Sophtware Slump" en 2000 supuso un gran paso adelante en la riqueza e inspiración de su sonido. Los teclados llenan las canciones, que crecen en su instrumentación y duración, y nos llevan de viaje por la melancolía de Jason Lytle, cuya voz agridulce consigue encerrarte en sus burbujas de flotante ensoñación.
“Sumday“(2003) es mucho más sobrio y ajustado al formato de canción, pero posee un gran tino melódico y un tono más optimista.
Finalmente, en 2006 llegaría su canto del cisne, “Just Like the Fambly Cat”: un perfecto epítome de todas las virtudes desplegadas en trabajos anteriores.
Tres años después, volvemos a saber de Jason Lytle, que retorna con un disco compuesto y tocado por él en su totalidad: “Your Truly, The Commuter”. Para bien o para mal, hay pocos cambios en el mapa: más reposado que su predecesor, con escasez de medios tiempos y predominio del uso del piano y las acústicas; sin embargo, la voz continúa sosteniendo sus inspiradas melodías mientras los teclados saturan y elevan la canción, como en los mejores momentos de Grandaddy. Su folk sideral nos acompaña de nuevo.
Si en su último trabajo decía que el verano se había ido y no sabía qué hacer, en la excelsa “Brand new sun” evoca la búsqueda de un nuevo sol como viraje de timón en pos de una vida mejor. Tiempos difíciles a los que se ha debido enfrentar Jason, que utiliza su mejor arma, la música, para llevarse lejos toda la pena acumulada. Esto se traslada al poso de melancolía que dejan sus canciones, registro en el que su talento brilla más.
Como curiosidad, decir que Lytle es también una de las voces invitadas en dos canciones del nuevo proyecto ('Dark Night Of The Soul', junto con Danger Mouse) del otro cowboy espacial, Mark Linkous y sus Sparklehorse Su hermandad sonora con Grandaddy siempre ha sido latente desde los 90 y ahora, vuelven a escena a la vez.
“Puede que cojee pero vuelvo a casa”, confiesa Jason en su primer corte. Tus fans nos congratulamos y te abrimos las puertas de par en par. x Sergio Morán
Desde entonces, los siguientes trabajos han seguido ocupando el lado bueno de mi estantería. Sin ser esenciales, son reconfortantes, llenos de pequeños momentos repletos de magia:
"The Sophtware Slump" en 2000 supuso un gran paso adelante en la riqueza e inspiración de su sonido. Los teclados llenan las canciones, que crecen en su instrumentación y duración, y nos llevan de viaje por la melancolía de Jason Lytle, cuya voz agridulce consigue encerrarte en sus burbujas de flotante ensoñación.
“Sumday“(2003) es mucho más sobrio y ajustado al formato de canción, pero posee un gran tino melódico y un tono más optimista.
Finalmente, en 2006 llegaría su canto del cisne, “Just Like the Fambly Cat”: un perfecto epítome de todas las virtudes desplegadas en trabajos anteriores.
Tres años después, volvemos a saber de Jason Lytle, que retorna con un disco compuesto y tocado por él en su totalidad: “Your Truly, The Commuter”. Para bien o para mal, hay pocos cambios en el mapa: más reposado que su predecesor, con escasez de medios tiempos y predominio del uso del piano y las acústicas; sin embargo, la voz continúa sosteniendo sus inspiradas melodías mientras los teclados saturan y elevan la canción, como en los mejores momentos de Grandaddy. Su folk sideral nos acompaña de nuevo.
Si en su último trabajo decía que el verano se había ido y no sabía qué hacer, en la excelsa “Brand new sun” evoca la búsqueda de un nuevo sol como viraje de timón en pos de una vida mejor. Tiempos difíciles a los que se ha debido enfrentar Jason, que utiliza su mejor arma, la música, para llevarse lejos toda la pena acumulada. Esto se traslada al poso de melancolía que dejan sus canciones, registro en el que su talento brilla más.
Como curiosidad, decir que Lytle es también una de las voces invitadas en dos canciones del nuevo proyecto ('Dark Night Of The Soul', junto con Danger Mouse) del otro cowboy espacial, Mark Linkous y sus Sparklehorse Su hermandad sonora con Grandaddy siempre ha sido latente desde los 90 y ahora, vuelven a escena a la vez.
“Puede que cojee pero vuelvo a casa”, confiesa Jason en su primer corte. Tus fans nos congratulamos y te abrimos las puertas de par en par. x Sergio Morán
0 comentarios:
Publica un comentario