Menú de artistas (2)

23/11/06

Introducción para los que no leyeron la 1ª parte:

Sor Llaun es la madre superiora de la orden la Monja Meengaña, y se dedica a dar comidas y recopilar recetas de cantantes, en su recoleto convento. ¿Vale?

Ahora viene la buena de verdad, la segunda parte. La ingenua y mojigata monja olvidó tapar su cuerpo en la ducha, y lo miró. Se dio cuenta que por mucho Jesús que hubiera, no llegaría a poder satisfacer a todas las feligresas, y para cuando le tocase a ella, igual estaba cansado. Se secó, y se puso su chándal con tacón. Porteó su estancia y le entregó su rosario y su hábito a la superiora en funciones, la de prácticas. Aquí os quedáis y que Santa Lucía os guarde la vista, que el cuerpo caduca y hay que consumirlo en la tierra, y el cielo está enladrillado.

Enseguida encontró trabajo de camarera en un área de servicio a medio camino entre Madrid y Barcelona. Fue la empleada del mes, su cara de hogaza y su bondad infinita eran una invitación a comer huevos fritos con jamón. Allí paraban a menudo los jóvenes rockeros que animaban los panoramas musicales de las grandes metrópolis. Y ella (como era previsible) continuó con la sana costumbre de copiar y preocuparse por la dieta de los yeyeses. Isra, francocantante de Le Diablo Mariachi, le susurraba la receta materna para que revalidase su título de empleada del mes. “Hostia, es que yo soy muy malo, te voy a recomendar una cosa que se llama “tosta la reina”, que me enseñó mi madre. Pan de molde metido al horno, hasta que se quede torrado. Freír unos champiñones, con bechamel y jamón dulce. Lo pones sobre el pan y se deja un rato hornear”.

Llaun no creía en las coincidencias, pero ahora que intentaba ser fuerte y olvidarse de su pasado casto y recto, reinsertarse como dios manda en el mundo del pecado y la banalidad, ejercía una atracción constante con los enviados de Satán. Así la hermandad mallorquina de El Diablo en el Ojo, dando otra vuelta de tuerca, le ofrecían transitar por la senda de la ausencia gastronómica, que ella tan bien conocía. “Una dieta para continuar con “nit”. Ayuno”.

Sus confidentes más sensatos y enriquecedores resultaron ser las mujeres: Malinche. “A mí me gustan mucho los espaguetis. No crea que es tan sencillo, hay que currarse la salsa. Ingredientes: cebolla, pimiento verde, tomate fresco, bonito, champiñón, queso en lonchas. Se deja freír a fuego lento y se vierte sobre la fuente de pasta. Espolvorear queso rallado por encima y meter al horno a gratinar”. Y los extranjeros: Chris Connelly (foto superior). “Sé que no es muy original pero me encanta la pizza, a todo el mundo le gusta la pizza”. Le dijo esta frase y se fue tan tranquilo, a ver si alguien de una vez descubría su disco “Blonde exodus” en la gran ciudad, y dejaban de oír música basura o “fast records”. Su estímulo por conocer le llevo a preguntar demasiado a profesionales de la rima, un lugar y una comida. “Cualquier strip-bar de Las Vegas. Y jamón serrano”. 7 Notas 7 Colores le aconsejaron una tarde lluviosa y sin pretensiones de dejarlo de ser.
Y se daba cuenta nuestra Sor que en el convento no había contratos basura, y que ligar con el que te gusta conllevaba más conversación que tomar la cuenta y hacer de traductora de su estómago.

Y se daba cuenta que un polvo rápido en el baño con el que le gustaba, o la cabina de algún camionero gracioso, estaba bien, pero no le llenaba. Andaba su cabecita con la duda de cambiar de trabajo y hacerse profesional en el club que estaba a cinco kms., cuando un combo flamenco vanguardista, Ojos de Brujo, se dejó caer por allí, para darle un consejillo vital. “El vacileo se acompañará de migas con uvas, ilusión y “Alegría de vivir” de Ray Heredia”. Simón Zico, 2002

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