"Leer para ti" / "Todo cuanto amé" (Siri Hustvedt) A los que leen. Capítulo III

21/11/07

"Leer para ti" / "Todo cuanto amé" (Siri Hustvedt)

Acaba de llegar a tierras mediterráneas "Leer para ti", un libro de poesía que finge no serlo, y al que desenmascaras por la esencia que logra exprimir y concentrar en cada línea. Galería fotográfica en pocas palabras de lo que fue y lo que queda. Impresiones y recuerdos, "squares", tragedias breves y eternas al borde de fiordos noruegos llevadas hasta el otro lado del océano, al norte de América, con el eco familiar de las sagas nórdicas guardado en el fondo del equipaje. Eisenhower en la letrina, niños perdidos en el bosque, el baile de la tristeza y el olvido, fotos de muertos en medio del salón, el "amor" que nunca se nombra y a veces se escribe en una carta, los trastos del garaje y los gritos del piso de arriba, el clima y las constelaciones. Rápido inventario para historias que agotan décadas y generaciones. Su autora, Siri Hustvedt, crítica de arte fascinada por la obra de Goya, ensayista, poeta y autora de un, por ahora, escaso puñado de novelas, colecciona las más elogiosas críticas sobre su quehacer intelectual, claramente plasmado en sus escritos. Aunque "Leer para ti" nos llega con unos cuantos años de retraso, sí que conocíamos ya a esta narradora por su obra en prosa publicada en nuestro país: "Los ojos vendados", "El hechizo de Lily Dahl" , "En lontananza" y "Todo cuanto amé".

En realidad, aprovecho la excusa de la publicación de "Leer para ti" para hablar de este último título. "Todo cuanto amé" arranca de la fascinación que la obra del desconocido pintor Bill Wechsler produce en Leo Hertzberg, historiador de arte. Sentimiento que irremediablemente le llevará a conocerle y a congeniar con él hasta el punto de que su amistad y la relación íntima que establece con su mundo creativo y su familia, marcará el resto de sus vidas.
La figura central del artista refugiado en su obra dará forma a una novela urbana que merodea por la escena neoyorkina de los últimos lustros. Un libro denso con una variedad interesante de personajes y escenarios: tres mujeres, dos hombres, dos niños; exposiciones descritas al detalle y macabras performances, amores y rupturas, drogas, trastornos alimentarios, crimen... El barro tal vez no salpique la obra del pintor Bill Wechsler, pero sí cuanto le rodea, y el historiador de arte Leo Hertzberg se convertirá en testigo, protagonista y narrador de todo ello por las buenas artes de la diosa Siri. Una buena lectura para las frías noches que espero nos esperen.
Y no pienso decir con quién está casada. x Asun No

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