16/6/09
Ry Cooder: 62 años.
En 2008 editó "I, Flathead" (Nonesuch)
Ry Cooder nació en Los Ángeles, California, un 15 de marzo de 1947. Este año se nos ha pasado su 62 cumpleaños, pero para subsanar ese error de bulto, le recordamos con su trabajo del año pasado: “I, Flathead”.
Nosotros somos fans de los de última hora de la música del californiano. Le conocimos a través de “Paris, Texas”, y otras bandas sonoras posteriores, pero para esas fechas él ya llevaba 14 años grabando en solitario, y unos cuantos de aprendizaje junto a bandas indispensables como Captain Beefheart y The Seeds. Nuestros lazos se hicieron más resistentes cuando realizó las producciones-colaboración con Buena Vista Social Club, con Manuel Galván y con Ali Farka Touré. Cada uno por separado, pero nos ayudó a dar una visión global y terrenal del blues y la canción con alma.
En los últimos tiempos Ry nos ha regalado una tetralogía emocionante que se cierra, aunque con cláusula de ampliación explícita, con “I, Flathead”. La tetralogía apócrifa e inventada por nuestro punto de vista estaría compuesta por:
- “Mambo Sinuendo”, disco grabado junto a Manuel Galván, líder del grupo cubano Los Zafiros, y que tiene un sabor inconfundible a rock’n roll cubano de los años 50. Es un disco prácticamente instrumental.
- “Chávez Rabien”, nos mete de lleno en historias populares de una América vivida y recordada con bilingüismo.
- “My name is Buddy”, continúa con el hilo narrativo de historias americanas, y su registro sonoro es más country.
- “I, Flathead”, podría ser el resumen musical de los dos anteriores, una convivencia natural de músicas y razas.
Nos gustan las producciones de Ry Cooder porque suenan añejas, grabadas en estudios legendarios, suenan a madera, moqueta, a 'no hay prisa'. Nos atrae Ry por su negativa a tocar en directo, por rodearse a lo largo de su existencia musical de los más representativos y brillantes de cada generación, por juntarse todavía con ellos y ser capaz de registrar discos que van directamente a las estanterías de Historia Norteamericana.
A Ry le conocimos por sus bandas sonoras, muchas veces nos preguntamos cómo hubiesen quedado películas como “Una historia diferente”, “No es país para viejos” o “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, con el aporte de su slide. x Simón Zico
En 2008 editó "I, Flathead" (Nonesuch)
Ry Cooder nació en Los Ángeles, California, un 15 de marzo de 1947. Este año se nos ha pasado su 62 cumpleaños, pero para subsanar ese error de bulto, le recordamos con su trabajo del año pasado: “I, Flathead”.
Nosotros somos fans de los de última hora de la música del californiano. Le conocimos a través de “Paris, Texas”, y otras bandas sonoras posteriores, pero para esas fechas él ya llevaba 14 años grabando en solitario, y unos cuantos de aprendizaje junto a bandas indispensables como Captain Beefheart y The Seeds. Nuestros lazos se hicieron más resistentes cuando realizó las producciones-colaboración con Buena Vista Social Club, con Manuel Galván y con Ali Farka Touré. Cada uno por separado, pero nos ayudó a dar una visión global y terrenal del blues y la canción con alma.
En los últimos tiempos Ry nos ha regalado una tetralogía emocionante que se cierra, aunque con cláusula de ampliación explícita, con “I, Flathead”. La tetralogía apócrifa e inventada por nuestro punto de vista estaría compuesta por:
- “Mambo Sinuendo”, disco grabado junto a Manuel Galván, líder del grupo cubano Los Zafiros, y que tiene un sabor inconfundible a rock’n roll cubano de los años 50. Es un disco prácticamente instrumental.
- “Chávez Rabien”, nos mete de lleno en historias populares de una América vivida y recordada con bilingüismo.
- “My name is Buddy”, continúa con el hilo narrativo de historias americanas, y su registro sonoro es más country.
- “I, Flathead”, podría ser el resumen musical de los dos anteriores, una convivencia natural de músicas y razas.
Nos gustan las producciones de Ry Cooder porque suenan añejas, grabadas en estudios legendarios, suenan a madera, moqueta, a 'no hay prisa'. Nos atrae Ry por su negativa a tocar en directo, por rodearse a lo largo de su existencia musical de los más representativos y brillantes de cada generación, por juntarse todavía con ellos y ser capaz de registrar discos que van directamente a las estanterías de Historia Norteamericana.
A Ry le conocimos por sus bandas sonoras, muchas veces nos preguntamos cómo hubiesen quedado películas como “Una historia diferente”, “No es país para viejos” o “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, con el aporte de su slide. x Simón Zico
1 comentario
Y que lo digas. Buen recordatorio, aunque ya son más de 22 años que le vengo siguiendo la pista, disfruto cuando leo algún artículo sobre él. Ni decir tiene que le iré a ver tocar en Madrid el próximo 1 de julio. Tengo las entradas desde el día que salieron a la venta,el pasado mes de febrero.
Felicidades por este estupendo espacio. Me congratula compartir aficiones y músicas.
Cordiales saludos
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